La poesía es un fondo de agua marina



 Club de Lectura UNED

La poesía es un fondo de agua marina reúne una selección de los nuevos poemas de Santiago Montobbio. Al presentar algunos de ellos, en enero de 2011, la escritora hispano-mexicana Angelina Muñiz-Huberman (Hyères, Francia, 1936) escribió: “La poesía de Santiago Montobbio navega por mares profundos donde la palabra se manifiesta en oleajes inesperados. Una poesía que exhibe, a la vez, su humildad y su misterio, lo cotidiano y lo excelso, las cosas simples y el territorio de lo sagrado. Una poesía plena, pero interrogante. Detenida en los recovecos de las ciudades, pero admirada del movimiento. Entre la imagen de la vida y de la muerte, y el ritmo y la arritmia. Lo suave y lo áspero en combinación simbiótica. Una reflexión sobre el sentido poético que se repite para afirmarse y proponer no sus reglas sino su inatrapable libertad. Una constante pregunta sobre el porqué de la palabra descontextualizada que halla su lugar preciso en cada verso. Como si cada palabra huyera de sí misma para encontrarse en un nuevo espacio sólo por el poeta adivinado”.

Edición:

EL BARDO/30 -Cuarta etapa-

Colección de poesía

LOS LIBROS DE LA FRONTERA

De la vida sólo sé que está muy lejos




Los mismos balcones siempre por mucho que digas
Los mismos balcones los continuados suicidios
Aquel amor que no supe corresponder
Aquel amor que no supe dejar que no se fuera
Aquella muerte aquel amor aquel amor
La noche se persigue sin remedio a sí misma
Sobre la lluvia la soledad se ensaña
Las cabinas de teléfonos hacen ver que comprenden
En olvidados ojales suspira la muerte y sus nenúfares
Todo anillo tiene forma de sangre
De la vida sólo sé que está muy lejos


(C) Santiago Montobbio
Absurdos principios verdaderos
March Editores
Barcelona, 2011
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI

Pero dadme los nombres, dadme ahora los nombres hirientes y sin días


Pero dadme los nombres, dadme ahora los nombres hirientes y sin días,
sí. dádmelos todos, ahora dádmelos, que quiero morder su ausencia,
el inhabitable espacio de un alma raída de sonidos,
culebra de lunas, vosotros mismos dádmelos, tras haberme tanto tiempo
mordido una adolescencia huida, con cristales marchitos,
dadme ahora los nombres, tenéis que dármelos rojos y de olvido revestidos,
para que yo los muerda, para que haga cosquillas
a la salvaje fiera de su ausencia
y también para que entre amaneceres muertos crujan,
que crujan hasta el final y doloridos, que crujan así,
sobre mi miedo y justo antes
de que las pupilas de su corazón
se hagan huérfanas estrellas
que tomen la forma de abandonados
dioses de mí mismo
sobre su crepúsculo último.


(C) Santiago Montobbio
Absurdos principios verdaderos
March editor
Barcelona, 2011
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI

Ya has errado tanto el rumbo como para haberlo ya enterrado

Santiago Montobbio en San Juan del Duero, Soria. Foto: Anna Xalabarder


Ya has errado tanto el rumbo como para haberlo ya enterrado
al final de la noche y de los peldaños de su espanto.
Has bajado. Has descendido, tantas veces has sido
un centro oscuro que de pronunciar tu nombre
sólo se acuerda una soledad mordiente.
Los espejos de papel también te cierran puertas
o tenaces retratan huidizos reinos de sombra.
Si alguien quiere despedirse, o pedirme perdón
por tanta ausencia y cree que le he olvidado
-como si la memoria pudiera dejar de ser un cuaderno
en que sólo escribe tinta negra
y en el que cada día borra líneas-
decid que no estoy, que ya me he ido.

 

 (C) Santiago Montobbio 
Absurdos principios verdaderos 
March Editor, 2011 
Voz: María García Esperón 
Música: L. Einaudi 
MMXI

A veces pienso que no quiero palacios de labios


A veces pienso que no quiero palacios de labios
para que después el tiempo
les agriete las manos.
A veces no quiero. A veces -ya lo ves-
soy el niño que tiembla y piensa eso.
Quisiera que lo supieras, quisiera decírtelo,
como los que esconden los ositos de trapo;
un secreto o un miedo; quisiera decírtelo,
para que lo tuvieras y pudieras dejarlo
en la mesita de noche
como aspirina o vaso de agua
y lo tuvieras ahí, en silencio y al lado.
Y que cuando no esté, cuando de verdad me haya ido
sea mi torpe retrato, una fotografía amarilla
que detrás de los años te diga -amor-
que no te engañé nunca, que una derrota
está en el rostro, que una derrota -adiós y adiós-
jamás se oculta.

(C) Santiago Montobbio
Absurdos principios verdaderos
Realización: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI

Para vivir no quiero islas palacios torres y qué alegría


Para vivir no quiero islas palacios torres y qué alegría
vivir en los pronombres. Era algo así, ¿recuerdas?.
O también aquello: para vivir necesito muy poco.
Por ejemplo: mi tiempo. Entre paréntesis, y casi yo diría:
para vivir no necesito nada, sólo quizá -y es un ejemplo-
un poco de mi tiempo. El tiempo en que aniden acaso
los pronombres. Pero no sé. De verdad no sé
para vivir qué quiero. Quizá menos sombra,
no tanto daño o, muy simplemente,
que en la derrotada memoria
luz y sombra se den la mano
para ayudarme a creer que si recorro las esquinas de los sueños
habrá otro sueño.

(C) Santiago Montobbio
Absurdos principios verdaderos.
March Editor. 2011

Soy ya el último dolor del día


Soy ya el último dolor del día,
o quizá aquél que la imprevisible noche
guardaba silenciosamente en sus bolsillos.
Sé que vengo a deshora, cuando terminó
la sangre o la risa, en el día después,
mas también que no de otro modo debía yo venir,
inútil mensajero sin noticia, caída sombra
que extenuara al tiempo
cuando de toda palabra o sueño no quedara sino un olvido de ojos
bajo la ciega tierra.

(C) Santiago Montobbio
Absurdos principios verdaderos
Voz: María García Esperón
Música: Yiruma
MMXI

Por orden de aparición: así estaría bien poner


173

POR ORDEN DE APARICIÓN: ASÍ ESTARÍA BIEN PONER
los poemas que estos días escribo, seguidos
y al hilo de como me salen, de la rueca
de la poesía de su luz. Rueca antigua
que de nuevo las palabras hila. Al empezar
a desatarse ésta y los poemas ser cuantiosos
he comenzado también a numerarlos, para que ese orden de aparición
no se pierda. Porque quizá sea una indicación,
un signo. Quizá, sí, estaría bien juntar las palabras
en el orden en que han surgido, según la sucesión
en que han brotado, agua oscura y clara.
Así los poemas van seguidos, se suceden
en sus motivos y en sus ritmos, se completan
y persiguen en su música. De un poema nace otro,
a veces son poemas por un mismo latido hermanados,
y el orden de aparición permitiría ver cuánto tienen de música
que se entreteje y se anuda (he utilizado ya estos verbos, pero son precisos)
y se entrelaza y vuelve en sus motivos. Al fondo de esta música
está la poesía. La poesía es un fondo de agua marina.
La poesía es también una gruta en la que sin señales
ni linternas ni equipo yo me adentro. La poesía
es madriguera, fuente que mana, latido que puede seguirse
tal y como va saliendo. Ya lo he dicho pero quiero repetirlo:
la poesía es un fondo de agua marina. En él
me adentro, navego y crezco. Sobre sus pasos
desando el tiempo y también avanzo. Respira el mundo
y se cifra la vida. En este fondo me sucedo,
me hallo. Sí. La poesía es un fondo de agua marina.

19 marzo 2009


(C) Santiago Montobbio
La poesía es un fondo de agua marina

Voz: María García Esperón
Música: L. EInaudi
MMXI

El poema es todo en La Vanguardia de Barcelona

La periodista y escritora Roser Amills Bibiloni (Algaida, Mallorca, 1974) ha publicado en su  espacio Inspiración Digital (Lo último en talento, creatividad y cultura on-line) del periódico La Vanguardia de Barcelona, la siguiente entrevista a propósito del miravoz El poema es todo, dedicado a la poesía de Santiago Montobbio.



María García Esperón | Internet y la poesía de Santiago Montobbio

¿Cómo conociste la obra de Santiago Montobbio?

La conocí gracias a Jean Dif, su traductor al francés, quien me pidió realizara tres videos en torno a sus grabaciones de otros tantos poemas del libro “La poésie est un fond d’eau marine” (París, 2011).

¿En qué consistían estos primeros vídeos?

La petición de Jean se enmarcaba dentro de un proyecto de oralidad colectivo llamado Voz y Mirada, consistente en difundir, disfrutar y experimentar vivencialmente la poesía a través de sencillos videopoemas publicados en youtube.

¿Cómo contactaste con el autor?

Una vez realizados y publicados los videos, Santiago Montobbio se puso en contacto personal conmigo para agradecer con enorme fineza los videopoemas en torno a su libro y tuvo la atención de enviarme el original en español de “La poesía es un fondo de agua marina”.


¿Qué representa ese libro para ti?

Ese libro me impactó profundamente, a mí y a quienes en ese momento, abril de 2011, desde España, México y Argentina, poníamos nuestras voces a la orden de la poesía para llevarla al alcance de todos. No solamente fue descubrir a un poeta excepcional, sino tener en las manos uno de esos libros sorprendentes, que desencadenan revelación tras revelación, que propician en avalancha un amanecer de la conciencia, que marcan, que despiertan, que te siguen a donde vas.

¿Qué es lo que más te gustó?

Fue la dimensión sonora desde la que abordé la poesía de Santiago la que me sedujo por completo y me convirtió a su mundo de sencillez exquisita, de sofisticación esencial, de gran literatura que jamás se siente sobre trabajada ni impostada ni sobrescrita, sino natural y única como las cosas del mundo que son las cosas que nombra: el olivo, el río, el aula, el juguete abandonado, el destino, el amor…

¿Cómo fue el proceso de creación de los videopoemas?

Comencé a grabar poema tras poema, sin poderme detener, en una especie de frenesí de la voz que al habitarse con las palabras de Santiago llevaba a mi percepción a esos umbrales de la inminencia de la revelación según la expresión borgiana. Inminentes, las revelaciones que el poeta vivió en ese sorprendente marzo de 2009 que en el fondo de agua marina de su libro poseen una extensión idónea para atravesar en poco más de un minuto, como una flecha, la sensibilidad y el entendimiento de quien los escuche.

¿Cómo nació “Miravoz”?

Casi de inmediato pensé en realizar un blog dedicado a la poesía de Santiago, una clase especial de blog que hemos inventado dentro del proyecto Voz y Mirada y al que llamamos “miravoz”, para acumular los videopoemas que sin cesar se sucedían. El título me lo brindó uno de los poemas de Santiago, el número 24 de “La poesía es un fondo de agua marina” del que cito un fragmento:

“EL POEMA ES EROSIÓN Y PÉRDIDA.
El poema es testimonio. El poema es testamento.
El poema es de todos y es de nadie. El poema es siempre tuyo.
El poema es corazón lleno de heridas muy abiertas.
El poema es el retrato oscuro del olvido.
El poema es lodo. El poema es todo…”

Y de ahí “El poema es todo”…

¡El miravoz de Santiago Montobbio se llamaría El poema es todo! Di aviso al poeta que estaba haciendo y publicando este blog, a título personal y para el disfrute y acercamiento a su universo poético y gracias a su particular modo de ser y a su colaboración, esta modesta iniciativa se convirtió en una aventura fascinante y en un documento que aprovecha al máximo las posibilidades de la red y de los blogs al enlazar desde el lateral a la muy abundante literatura que en torno a este poeta existe en varios países y que está disponible en prestigiosos sitios como La Cátedra Miguel Delibes y la Biblioteca Cervantes, pero que al vincularse directamente desde el blog proporciona a todos los interesados en la poesía de Santiago un inmediato panorama de los círculos de palabras inteligentes que no dejan de urdirse a propósito de su obra a lo largo y ancho del mapa.

¿El autor quiso participar?

Como si esto fuera poco, Santiago aportó a El poema es todo 7 manuscritos originales de “La poesía es un fondo de agua marina”, que en este contexto se muestran como elementos de cultura que brindan al lector un destello del momento misterioso de la creación poética. El que empezó como un “miravoz de la poesía de Santiago Montobbio” se ha convertido en una textura enriquecida hasta ahora con un bella edición artesanal publicada en San Paolo, algunas noticias de la presentación de uno de los libros más reciente del poeta “Absurdos principios verdaderos”, fotografías de gran calidad artística debidas a la lente de Anna Xalabarder y la nota muy sentida de un hispanista de Florencia dedicada a la poesía de Santiago.

¿A dónde se encamina este proyecto?

El poema es todo surgió de una experiencia estética auroral: la mía, la de un lector frente a la palabra de un gran poeta. Yo no podía imaginar que contaría con su colaboración para realizar en Internet un documento pionero, que sin cesar se ramifica y explora, que tiende puentes y propicia diálogos, que borra fronteras y hace llegar a la poesía no solamente al estudio del especialista o a la exquisita asamblea de los cenáculos, sino al hombre y a la mujer de todos los días. Y a partir de aquí, los caminos se multiplican y se ofrecen con generosidad para nuevos lectores apetentes y ávidos que sabrán reconocer en la de Santiago Montobbio una de las voces poéticas fundamentales del siglo XXI.

Sobre Santiago Montobbio

Volvió a escribir después de 20 años de silencio. Entonces Ernesto Sábato, Miguel Delibes, Juan Carlos Onetti y Camilo José Cela describieron su poesía como honda, misteriosa, envidiable.

Es Santiago Montobbio (Barcelona, 1966) de esa estirpe de poetas que cosechan el misterio en la cotidianeidad, que se transportan con ligereza a ese otro lado donde está la sombra alumbrada y vuelve sembrado de palabras tan sencillas como poderosas, tan sobrenaturales como humanas.

TODO ES TRISTE SI NO HAY CANTO,
pero también el canto es triste.
Del hombre es el último linde.
Allí me llego, allí me consumo,
allí me acabo. En ese final comienzo.
Y todo es triste en ese canto
y sin él todo es muy triste.
El hombre entona perdido un estribillo
que escondió de las fauces del olvido.
El canto sigue, persiste. Y es muy triste.


Más enlaces a la poesía de Santiago Montobbio

Todo es triste si no hay canto


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TODO ES TRISTE SI NO HAY CANTO,
pero también el canto es triste.
Del hombre es el último linde.
Allí me llego, allí me consumo,
allí me acabo. En ese final comienzo.
Y todo es triste en ese canto
y sin él todo es muy triste.
El hombre entona perdido un estribillo
que escondió de las fauces del olvido.
El canto sigue, persiste. Y es muy triste

20 marzo 2009

(C) Santiago Montobbio
La poesía es un fondo de agua marina
Voz: María García Esperón
Música: Yiruma
MMXI

El teólogo disidente


No existe la muerte, no ha existido nunca.
Aunque bajo su amenaza haya vivido el hombre,
en su mentira, no existe la muerte, no existe,
y si adivináis tras la luna el exacto rostro
de la ausencia, si con olvido miráis
la pupila oscura de la espera
entenderéis que no existe, que de verdad no existe
y que cómo iba a existir ella y qué nombre
hubiéramos podido darle entonces a esta tierra.

(C) Santiago Montobbio
El anarquista de las bengalas
Biblioteca íntima. March Editor.
Barcelona, 2005


Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
2011

Santiago Montobbio, poeta, por Cláudio Giordano

Santiago Montobbio, poeta

Por ti. Por un sueño perseguido


31

POR TI. POR UN SUEÑO PERSEGUIDO.
Por un camino sin destino.
Por un alba que está rota
y se desangra sobre el alma.
Por el mar ido de los días antiguos.
Por la infancia que aún se encuentra
como pan caliente en algún recodo
de la memoria amable y sucedida.
Por la imagen reflejada de mí mismo
que en el estanque del tiempo pese a todo,
como un misterio y de algún modo aún se conserva.
Por un estremecimiento íntimo y secreto
al recordar un nombre o sentir su rostro
en la caricia del aire de la calle herida.
Por ti. Por todo esto y también
por lo que olvido
tengo que vivir o que decirme,
estar en la tierra aún, reunir palabras,
conjurar mañanas y con ellas penetrar en el tupido olvido
que late tras el imperturbable paso de los días.
Vivir es también dar con el término preciso que hay en ellos.
El poeta tiembla en el misterio.

13 marzo 2009

(C) Santiago Montobbio
La poesía es un fondo de agua marina
Voz: María García Esperón
Música: Yiruma
MMXI

El anarquista de las bengalas


Yo soy el anarquista de las bengalas,
el anarquista único, el que permanece y pasa:
he tenido nombres en los que dormían las frutas
de los corazones raros. A todas horas trabajo,
y en especial cuando la gente afirma
que no hago nada. Sé lavarme el alma
sobre papel y nada, colocar bombas de relojería
en las ciudades que siento en las espaldas,
buscarle y con olvido las cosquillas a un amor
que prefiguro con distancia y a través de todo eso
seguir estando en todas partes habiéndome
marchado.
                   Porque yo soy
el anarquista de las bengalas. Cada vez
que enciendo una tu corazón
y mi corazón se apagan.

(C) Santiago Montobbio
El anarquista de las bengalas
Biblioteca íntima. March Editor.
Barcelona, 2005


Voz: María García Esperón
Música: Kitaro
2011

Todos. O el blanco (Santiago Montobbio)

Oli s/tela, 65 x 100 cm. Cat. nº V329
Lluís Ribas: Los colores del blanco

Todos. O el blanco. En el sentido que pueda dársele al blanco, y que le di –recuerdo ahora- en el libro de arte Los colores del blanco. Citaba a Leonardo (“Aunque el blanco no es un color, es, sin embargo, capaz de convertirse en recipiente de todo color”) y a partir de ahí pensaba en el blanco de la creación, del lienzo, la partitura y el papel, que es él y más que él (“El papel en blanco jamás es sólo el papel en blanco”, empieza el poema que lleva el título de mi primer libro), o todo. Todos los posibles caminos en el arte presentidos, y también los matices y variaciones, de imprevisible riqueza y significación, que el artista puede pulsar y ver en un color, como los inuits que habitan el Ártico en ese blanco, ya que distinguen entre 130 clases de nieve, y tienen un nombre distinto para cada una de ellas. Porque mi respuesta es todos los colores, o, con igual y en ese sentido, el blanco. Los colores de la vida son todos, y todos pueden resultar la respuesta más acertada y que mejor se acompase a nuestro adentro, según los estados de ánimo y el momento, el aliento íntimo del día, y su cruce de luz y sombra. En todos puede haber belleza y misterio. En ellos, y en sus matices. Pienso, sí, en los múltiples matices de un mismo color, en los colores y en el blanco, en el color imposible de los sueños, en el color que el arte cifra y desentraña, enigmático y plural. Del arte y la naturaleza. De los valles y de los ríos, de las montañas, de las bahías, de las playas, de los mares, del bosque, del jardín y los desiertos. De los amaneceres y los crepúsculos. Del alba, la noche y el día. Las calles, los caminos, los pueblos, las ciudades. Los colores de las frutas y los pájaros. De los peces. Del amor y del dolor. De la espera y la esperanza y la maleza de los recuerdos. Los paisajes a la vista y los paisajes del adentro. Pozos, simas, lunas. Espejos. Y los colores de la pintura, pero también de la música y las palabras. Gauguin dice que “el color es enigmático en las sensaciones que nos produce”, “sensaciones musicales que se desprenden de él, de su propia naturaleza, de su fuerza interior, misteriosa, enigmática”, y que “el color es una vibración, como la música”. Así sentimos el color y también su música y la palabra también así sentimos. Porque la palabra también es un color, como también escribir es un paisaje. El espejo y la música de un estado de ánimo, el destello en que brillan por un momento los adentros. La belleza está en todas partes, dice un personaje de La señora Dalloway, y puede estar –siento- en todo color. En todos, y en el blanco que los asume y los contiene. Así pienso en todos los colores y no puedo dar preferencia alguna. Pienso en los colores y los matices que están en la realidad y en los sueños –esa otra punzante, intensa realidad-, las miradas, los recuerdos, y también los que puede cifrar el arte, con los que puede nombrarse y ponerse rostro un artista: los colores que sólo el artista revela y sabe ver, que el arte encierra y que el arte alumbra, hace nacer, aurorales e inéditos, y también los que quedan guarecidos en su misterio y permanecen escondidos, en él siempre posibles y como en silencio contenidos, callados, secretos, infinitos, y que así perduran, como un enigma. O como un poema y su sentido –recóndito y múltiple. Inexpugnable, cifra ya acaso de un lenguaje intraducible. Un latido, un susurro, un aliento que en él no acaba de apresarse ni agotarse, y está siempre así vivo, semilla siempre abierta y hacia un nuevo e impredecible crecimiento cada vez tendida, o a un nacimiento, vida, sí, concentrada e intensa, prístina, única. En los colores y sus matices. Los posibles y los imposibles; los creados y los increados, quizá sólo presentidos o soñados, en su misteriosa posibilidad de existencia encerrados. Sí. Los colores del arte, del misterio y de la vida. De las palabras y los sueños. Corazón adentro. Todos, o quizá el blanco. No tengo otra respuesta.

(Texto íntegro del artículo “Todos. O el blanco” publicado en El Ciervo, Nº 719, Barcelona, febrero 2011, y escrito en respuesta a la pregunta “¿Cuál es tu color favorito, y por qué?”).

Nota de Gaetano Chiappini (Florencia, 18 de abril de 2011)

Foto: Anna Xalabarder

Querido amigo:

He pasado un buen tiempo leyendo y releyendo sus versos – le agradezco mucho el magnífico volumen de pintura sobe el concierto blanco, las traducciones francesas y portuguesas, los poemas nuevos añadidos... una cantidad enorme de poesía... mucha parte de mi jornada está dedicada a ésta que creo un poco la única esperanza... Ya en seguida cuando empecé a leer me di cuenta de la fuerza grande de sus versos como de una alertada llamada, de ansias y de miedos, casi un grito de un poeta-niño que quería exigía la atención de los mayores, de los dueños de la seguridad... un aviso a estar listos para denunciar este mundo de ruinas, muertes, fracasos, enfermedades, pérdidas, olvidos... así he leído leído para comprender cómo una persona buena como lo es este poeta podía enfrentarse con un mundo sin fuerzas para oponerse a esa ruina.... seguramente me he equivocado... pero no estoy tan seguro.... y una poesía tan seriamente fundada sobre una traza duramente simbólico-alegórica (más a. que s.) no desmiente mis impresiones... La cosa me inquieta un tanto como una verdad repentinamente desvelada por una conciencia que aparece pura y límpida. Un niño-poeta limpio tiene muchas capacidades y mucha sensibilidad casi de premonición... y un idealista como yo coge esa sustancia tan grave con cierto miedo... lo que más me llama la atención además es esa fuerza suya poética tan generosa que da más sentido a la denuncia... no sé... serán nuestros malos tiempos... No quiero exagerar pero no puedo no notar repito esa fuerza con que el poeta-niño EXIGE que se le lea aunque no espere convencer a todos los lectores... bajo ese tono mío de elevación del texto se esconde simplemente el deseo de aprovechar hasta el fondo una poesía fuerte y sabia, diría en italiano “accorata” preocupada en el corazón... Vd. dirá que me he equivocado... y yo no exijo nada más allá de la amistad del valioso poeta...

Gaetano Chiappini

Palabras en la presentación de un libro de Santiago Montobbio (Amaranta Sbardella)

Amaranta Sbardella, Glòria López Forcén, Mercè Boixareu, Santiago Montobbio, Francesc Sánchez.


Foto: Anna Xalabarder


¡Buenas tardes!

Antes que nada, quería agradecer a la UNED y a Santiago por haberme permitido participar en este día tan encantador.

Hoy me encuentro entre vosotros en calidad de traductora al italiano de unos poemas de Santiago y también en calidad de extranjera, y me gustaría hablaros un poco de la última producción poética de nuestro autor y daros testimonio (unas cuantas pruebas) de cómo éstos poemas se hayan dado a conocer antes en el extranjero, afortudanatamente para nosotros, los extranjeros.

Hablamos de un largo conjunto de maravillosos poemas escritos en el mes de marzo y en los primeros días de abril de 2009. 

Los poemas han salido en México, Francia (en Francia ya se había publicado Le théologien dissident en 2008 en  Éditions Atelier La Feugraie), Brasil e Italia (antes que en España). En México (revista online El poema seminal)  y en Italia se dieron a conocer gracias a dos revistas, mientras que en Brasil y en Francia se publicaron dos libros, respectivamente Donde tirita el nombre/Onde treme o nome (traducido por Fernando Fiorese, 2010, Claudio Giordano Editor, Sao Paolo) y La poésie est un fond d’eau marine (se acaba de editar, traducido por Jean Dif por la casa editorial du Cygne de Paris)

Tras un largo silencio, la poesía vuelve a resonar en estas páginas de espiríritu transcendido, de conceptos etéreos y matizados. Montobbio se consigna sin armas y sin defensas a la inspiración poética, y se adentra en el misterio de la creación con el entusiasmo sufrido de quien busca la solución a un enigma que muy probablemente solución no tiene. La tensión vibra en las cuerdas del alma y lo impalpable que se percibe y respira en todos los poemas se fija en unos frágiles instantes que cristalizan la evanescencia. Y le dan nuevo y continuo empuje a la pluma, al boli, para que nueva creación se dé. Me encantaría citar aquí un fragmento de un poema de Absurdos principios verdaderos: “las hojas de un cuaderno pueden llegar/ a ser los huesos a los que las palabras/ hagan cosquillas con los mentirosos/ espejos del día”.

Será entonces éste el momento en que la pluma fluya sobre el papel, para consentir al poeta una eterna, pero débil salvación. Como muy a menudo ha afirmado él mismo, la poesía tiene muchos rasgos en común con la soteriología, la ciencia de la salvación.

El poeta, consciente de su soledad (“la soledad es una frontera adonde tirita el nombre” en El anarquista de las bengalas), acepta el peso de un destino amargo  y espectral para encontrar refugio entre las suaves sinuosidades de los versos, entre palabras que se repiten de poema en poema; palabras que delimitan un campo semántico cada vez más orientado hacia la reflexión metafísica.

El arte, la poesía, parecen aplacar la inquietud por la ausencia de un Dios invocado, reclamado, susurrado, que se transparenta gracias a una velada simbología cristiana. El hombre reivindica su sitio de desvelador, el espíritu transciende la carne y vive en la poesía, en el viento, en el aire que sopla.

La mirada de Santiago es una mirada adulta, interrogante, que deslumbra e ilumina unos cuantos objetos, ya no más terrenos.

La suspensión en el lenguaje trasmite la verticalidad y la ascesis de tantos admirables esfuerzos humanos y poéticos, vueltos hacia el claror del alba. 

El lenguaje, más coloquial en las producciones anteriores, ahora se anuda en torno al viento, a la música, al pozo, al alba, a la luna, al reloj, y los demás, las constelaciones humanas que antes poblaban las antologías,  convergen hacia el anularse de otros rostros, hacia el ofuscarse del rostro del mismo autor.

El lirismo de la desolación teme el olvido, el desaparecer de la memoria, pero al mismo tiempo la reclama para sí mismo, dejándola enredada en sus mallas. Y para soportar el tiempo, sus ahogados versos.

Y con esta cita de otro admirable poema de Santiago me gustaría acabar esta breve e imperfecta intervención.

Gracias.

Amaranta Sbardella
(Palabras pronunciadas en la presentación del libro Absurdos principios verdaderos de Santiago Montobbio en el Centro de la UNED de Barcelona el 28 de abril de 2011).


Presentación de Absurdos principios verdaderos en el Centro de la UNED de Barcelona


Fotos: Anna Xalabarder


El pasado 28 de abril tuvo lugar en la UNED de Barcelona la presentación del libro Absurdos principios verdaderos, escrito en 1987, y que contiene poemas en verso y en prosa del profesor de Teoría de la Literatura y magnífico poeta Santiago Montobbio en un acto pleno de calidez y de asistentes.

En la presentación participaron la directora del Campus Nordeste, Dra. Dª. Mercè Boixareu, la profesora Glòria López Forcén, promotora del acto, la señora Amaranta Sbardella, filóloga comparatista e hispanista de la Universidad de Siena que ha traducido la poesía de Montobbio y el editor de Absurdos principios verdaderos, Sr. Francesc Sánchez.

Inició el acto la Dra. Boixareu dando a conocer el perfil del Sr. Montobbio, siguieron unas palabras de la Sra. Glòria López Forcén y del Sr. Francesc Sánchez que presentaron la obra del autor desde el punto de vista de la profesional de la enseñanza y amante de la literatura y desde la visión del editor de obra poética, tema que no parece muy de moda a los no versados en él.

El autor explicó seguidamente a los reunidos el porqué de su dedicación a la poesía y el de la distancia temporal en su aparición en formato libro de Absurdos Principios verdaderos respecto a El anarquista de las bengalas, ambos fruto de su etapa primera como poeta. Él mismo reconoce “veinte años de silencio” entre estas obras y su siguiente producción, La poesía es un fondo de agua marina (2009). El poeta tenía razón al mencionar que alguien dijo una vez que cuando un autor no escribe de forma visible para los lectores/auditores no quiere decir que no trabaje, si no que, en realidad, está almacenando, clasificando, reelaborando el mundo exterior para devolverlo filtrado, limpio de lo accesorio y conformado en enunciados plenos de contenido y de belleza. Eso es lo que ha estado haciendo Montobbio durante ese período.

La Dra. Boixareu, profundizando en la temática, comentó algunos pasajes de la obra acabada de aparecer mientras que la comparatista e hispanista, Amaranta Sbardella, leyó poemas vertidos al italiano y al francés, tras haber explicado las características que más le llamaron la atención al dedicarse al estudio de toda la obra de Montobbio.

Finalizó el acto con un coloquio y una lectura de poemas por parte de Montobbio, la Dra. Boixareu y la profesora, señora López Forcén. Algunos de los poemas que se leyeron formaban parte de la obra inédita en España, eran de la segunda etapa de la poesía de Montobbio, en la que se da un giro temático y se presenta, entre otros, el mundo de la enseñanza: “La universidad de los estudiantes que no aprenden” de Donde tirita el nombre –inédito en nuestro país- caló hondo entre profesores y alumnos. Por otra parte, llamó particularmente la atención la colaboración del autor con el pintor Lluís Ribas en Los colores del blanco, lo que indica que Montobbio no vive en una galaxia autístico-poética sino que se relaciona con otros aspectos del mundo creativo tal como mostró la Dra. Boixareu.

A destacar dos ideas de Montobbio: "Todo lo que podamos decir de la poesía jamás serán más que bienintencionadas tonterías" –del poema Enero de Absurdos principios verdaderos- y "Los poemas se explican por sí solos, o no se explican de ningún modo" —esta última parafrasea una de Salinas — cuyo contenido deja entrever que su actitud poética y personal choca frontalmente con la idea de muchos de que toda poesía conlleva didactismo grandilocuente. Nos colocan ante un poeta que siente repugnancia ante la notoriedad y el abandono del anonimato, y que escribe sin pensar en que algún día será leído, que, sencillamente, escribe porque vive la creación literaria como algo interior, íntimo y propio.

Este fue el fin oficial, el no esperado fue la larguísima cola que se formó con asistentes ansiosos de que el poeta les dedicara la obra que acababan de adquirir aguijoneados por unos poemas que no dejaron a nadie indiferente. Digamos que el público se marchó a casa enfervorizado y lleno de entusiasta admiración por la poesía de Santiago Montobbio.

No queda sino decir un Gracias, Santiago por tus magníficos poemas.

María Luisa Ordóñez, Barcelona, 20 de mayo de 2011
Profesora de la Facultad de Filología del Centro de la UNED de Barcelona

“La poesía se explica sola; si no, no se explica” (citado por Gerardo Diego, Antología Poesía Española contemporánea (Madrid, Signo, 1934).
Ver: http://comunidad-escolar.cnice.mec.es/documentos/salinas/salinas2.html, P. Salinas: Salinas y la expresión del sentimiento amoroso en “Valoración global de su producción poética” en Lectura y Educación. Fecha de captura: 22 de mayo de 2011

El mar está al final de algunos niños



178

EL MAR ESTÁ AL FINAL DE ALGUNOS NIÑOS.
Habita su corazón y es quizá su brújula,
su ritmo, su latido. El mar está al final
de todo lo que resplandece en esta vida.
El mar es una infancia. El mar es la libertad, la música.
Yo quiero ser el mar que te encuentre y te adivine
cuando se despierte la mañana y en tu alma
su ritmo seguir, como un niño
que al final o en su corazón lo cifra.

19 marzo 2009

(C) Santiago Montobbio
La poesía es un fondo de agua marina
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI

Para un verdadero poeta todo momento debería


147

PARA UN VERDADERO POETA, TODO MOMENTO DEBERÍA
ser poético, dice Borges en un libro de Diálogos.
Me parece añade que no sabe si esto es posible o si sería
sencillamente soportable. En estos días de marzo
así están siendo todos mis momentos.
De modo continuo, sin descanso. El alma
y la mano trabajan, es una manera de decir,
porque el arte es un destino y no un trabajo.
El alma, la mano, el corazón y la mirada
se entrelazan los dedos en los versos
y los ven en las esquinas y los adivinan
más allá de las ventanas y en el árbol
y en la nube y en el pájaro y así
en todo momento, que es poético. La vida
puede tener esta intensidad, este misterio.
Estos días de marzo son el acta
que de ellos levantan. Los poemas están,
no engañan.

18 marzo 2009

(C) Santiago Montobbio
La poesía es un fondo de agua marina
Voz: María García Esperón
Música: Yiruma
MMXI

Para un verdadero poeta, todo momento debería

Para el Festival de Poesía "Verso en Nubes"

Foto: Anna Xalabarder
Este jueves 28 de abril, al presentar en el centro de la UNED de Barcelona mi libro Absurdos principios verdaderos, que reúne poemas antiguos –de 1987- y casi todos inéditos, al hilo de la charla que surgía entre los que estábamos en la mesa comenté que había un poema del libro que afirmaba que “todo lo que podamos decir de la poesía jamás serán más/ que bienintencionadas tonterías”, y enlacé al momento con una afirmación célebre y que recordaba más o menos así: “Los poemas se explican por sí mismos, o no se explican de ningún modo”. Es muy tajante, y, creo, de Pedro Salinas. Así lo dije. Y seguí hablando de poesía, es decir, de lo que no se puede hablar y a la vez hay que hablar, pues en verdad sucede un poco como dice Ramón Gaya: “La poesía no acabará de definirse nunca, pero eso no quiere decir que debamos dejar de definirla, sino por el contrario, cada día debemos poder dar de ella una nueva definición o añadir algo nuevo a nuestras definiciones anteriores”.

El poema del que provenía esa cita –las “bienintencionadas tonterías” que luego mencionó con simpatía la catedrática que conducía el acto de presentación, divertida acaso por el arrojo de lo que para ella era quizá una impertinencia- es “Enero”, y la verdad es que es más justo decir los versos completos: “y también acaso he pensado/ que quizá porque en sus posturas nos vaya exactamente la vida/ todo lo que podamos decir de la poesía jamás serán más/ que bienintencionadas tonterías”.

Lo omití como a veces quizá se omite algo por demasiado íntimo, y así pienso que la poesía se hermana con la infancia, y que en ese poema antiguo, en ese poema escrito en enero de 1988 se afirma: “La literatura es una aún no prohibida especie/ de espionaje y delincuencia, y acaso es cierto/ que escribimos por ver si algún verso/ nos consigue recalentar algo de infancia/ y también que lo hacemos contra nosotros mismos/ y un poco como nos es obligado soportar la vida:/ por necesidad y por miedo”.

Quizá sería mejor, para hablar de lo que hablamos, citar sólo los versos o el fragmento que se refiere a la infancia, pero no quiero sentir –como sentí un poco después de citar aquel otro, aislado, el otro día en la presentación- que peco de omisión y lo traiciono o cito mutilado, y por esto reproduzco el pensamiento entero, que como se ve así se matiza, completa, contrasta o anula, como tantas veces pasa. Porque –como empieza uno de mis poemas recientes- “la noche es siempre alba”.

Pero será mejor que vuelva a lo que nos ocupa, y así diré que el enraizamiento de la poesía en la infancia es un sentir antiguo mío, una convicción firme, y podríamos ver los versos de mi juventud poblados de infancias y de niños. Los ejemplos podrían ser muchos. Lo pienso con motivo de una para mí hermosa ocasión, como lo es que se me pida un saludo para el Festival de Poesía Verso en Nubes, invitación que es para mí una alegría y me hace pensar en las bienintencionadas tonterías, en la infancia y los niños que pueblan mis versos antiguos, en el aliento íntimo, la pulsión necesaria y secreta que es la infancia para el artista, el agua, el aire, el pozo del que nace y que precisa como brisa.

Pero es verdad que no sólo los poemas se han de explicar por sí mismos, sino que los poemas pueden explicar un sentir y una vivencia como no pueden hacer otras palabras, palabras que los rodean o con las que podría tejerse una presentación al uso. Así que la abandono al punto, y dejo olvidado este propósito. Espontáneo escribo, y del mismo modo siento que lo que único que puedo y debo hacer es transcribir dos poemas de los muchos que escribí el año 2009 de manera torrencial y tras veinte años de silencio, unos poemas a los que María García Esperón está añadiendo arte y difundiendo de manera preciosa por el mundo a través de El poema es todo. Llevan el número que tienen dentro de su orden de escritura y dicen:

169

HE HABLADO DE LA INFANCIA EN ALGÚN SITIO.
Hay mucha literatura sobre esto, pero yo sólo la he orillado
o apuntado. La infancia es pozo secreto
que sustenta el mundo, aire que entonces puro respiramos
y de algún modo aún nos acompaña, raíz muy última
de nosotros mismos. En los compases más altos de la vida
la infancia perdura. Todo es infancia.
Hoy quería decirlo de un modo sencillo
pero también claro, definitivo.
En ella hundo mis raíces, estoy
de su tierra y sus recuerdos vivo.
Entre las manos, si la acaricio,
tiene el mundo menos olvido.


178

EL MAR ESTÁ AL FINAL DE ALGUNOS NIÑOS.
Habita su corazón y es quizá su brújula,
su ritmo, su latido. El mar está al final
de todo lo que resplandece en esta vida.
El mar es una infancia. El mar es la libertad, la música.
Yo quiero ser el mar que te encuentre y te adivine
cuando se despierte la mañana y en tu alma
su ritmo seguir, como un niño
que al final o en su corazón lo cifra.

Espero en un olivo. Espero mi destino


43

ESPERO EN UN OLIVO. ESPERO MI DESTINO.
Dios me lo va a dar, si soy
buen niño. Dios también espera
a que el tiempo para la sombra muera
y la nada fiera
no me alcance y me disgregue. No sé
si esto es un sueño o un poema.
Pero
espero en un olivo.

13 marzo 2009

Espero en un olivo. Espero mi destino

Confesión última


De entre la mentiras una de las que prefiero
es la luna. Antigua o perdida, ni los locos
la creen, y con sus torpes palabras pueden
fabricársele torpes vestiduras. Porque
el poeta -gata falsa- a veces no está
para cielos o pájaros es por los que os hago
una confesión última. De la noche
no hablo. Porque sin engaño o niño
cómo osar decirte
que la noche es mentira.

(C) Santiago Montobbio
El anarquista de las bengalas
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI

Títulos de libros perdidos y no escritos


84

TÍTULOS DE LIBROS PERDIDOS Y NO ESCRITOS
que en estos años cultivó el olvido. Desde su oscuridad
les dio forma, en ella germinaron, nacieron de su impulso,
de su misterioso latido. Los cercó y los compuso.
En él se escribieron sus páginas por fluencia y por espera,
en barranco y dique seco y también como torrente
o meandro sinuoso de un gran río
o pájaro perdido
o aire triste
u hoja que silba a su caricia en el camino.
Títulos de libros densos y apretados, voluminosos
algunos y otros sucintos pero
de sutil y penetrante contenido.
Títulos de libros que necesitan sólo el título
porque tras él ya se adivinan, el título del todo
los contiene, los conforma íntegros, en todos
sus posibles sentidos y a la vez en ellos
puros como enigmas. Títulos de libros
perdidos y no escritos que en estos años
cultivó el olvido y en los que mi vida
de verdad ha sucedido. Sí. En ellos
es realmente donde vivo.

16 marzo 2009

Escribo sobre el aire del olvido


74

ESCRIBO SOBRE EL AIRE DEL OLVIDO.
La noche está en mis espaldas, en mi corazón,
en mis bolsillos. Estoy inundado de la noche
y en ellas las ciudades nada más son un suspiro.
Me guían por calles empedradas
de silencio malherido. En ellas
me pierdo, no me encuentro. Pero sigo su trazado,
su destino. Y mientras camino
de algún modo misterioso y que del todo no comprendo
deletreo mi nombre, cifro mi rostro,
me encuentro y asoma como alba
el alma, soy fiera, soy hiedra, soy selva,
soy tierra y soy el aire y el olvido
en que me escribo.

16 marzo 2009

La fruta redonda del amor


57

LA FRUTA REDONDA DEL AMOR,
su última puerta, que a Dios
nos lleva, o corazón adentro,
a tierras frescas, donde
fermenta el tiempo y por una vez
adquiere sobre labios un sentido.
La fruta redonda del amor.
Vale la pena empeñar la vida
en subir al árbol que la tenga.
Pero no siempre la mano llega.
Vivir es más difícil. A veces vivir
es vivir sin amor, y alentar escondido.
Pero también nos nutre lo perdido.

14 marzo 2009

Estaba buscando un amor o vadeando un río


36

ESTABA BUSCANDO UN AMOR O VADEANDO UN RÍO.
Estaba roto, limpio, perdido. Quizá estaba
debajo de mí mismo y en tan extraño estado
tenía todo el tiempo del mundo
en la palma de la mano y a la vez
ignoraba cómo lograr que no se deshiciera. Igual
que cuando en una ocasión
más que singular, única,
me dieron la vida, una vida entera
y sólo para mí: así lo agradecí y lo sentí
pero al mismo tiempo no supe responder
cuál podría ser su cometido. Enredaderas,
adioses, túneles, selvas, silencios,
olvidos, grutas, desiertos, soledades,
hielos. Así vivo
y he vivido: perplejo
entre lo oscurecido. No sé
si encierra algún sentido. (Vivir, vivir,
un extravío). Pero de ello mis poemas
han sido siempre el signo


13 marzo 2009

La poesía inunda los pasillos, las aulas


45

LA POESÍA INUNDA LOS PASILLOS, LAS AULAS,
las calles, las alcobas. La poesía
es tan libre como un pájaro
y no se resiste a dejar de ser misterio.
La poesía nos puebla, nos inunda, nos penetra.
Pertenecemos a la poesía. La tierra es poesía.
Pero está también la noche, y el miedo,
y las fauces del tiempo y el olvido.
También la poesía es su signo.
Si abandono la poesía, del hombre abdico.
Aun en el silencio en ella vivo.

13 marzo 2009

La poesía inunda los pasillos, las aulas

Italia y Francia, la espada y la campana


40

ITALIA Y FRANCIA, LA ESPADA Y LA CAMPANA,
lugares donde respirar y donde estar,
más exactamente: estar en casa.
Viajar es siempre falso. No se viaja.
No escapa uno de sí mismo
ni encuentra nada que no esté ya en sus adentros
ni habrá lugar en que le esperen misterios
sino estaba ya para ellos predispuesto.
Viajar no es nada. No se viaja.
Dentro de uno mismo la vida ya se cumple
y se realiza. El adentro es embrión,
es latido, es semilla. Tierra única.
Más Italia y Francia y el Mediterráneo
antiguo y libre (porque el mar es siempre libre)
y el amor y los veranos y los tiempos que recuerdo
como infancias todavía respiradas
en el libre aire de la noche
que no aúlla. Italia, Francia, el amor,
tu alma y tu cara. Por encima,
debajo, sobre, siempre en las palabras.

13 marzo 2009

Italia y Francia, la espada y la campana

El arte es también un acto de justicia


69

EL ARTE ES TAMBIÉN UN ACTO DE JUSTICIA.
Porque el arte nos hace arte, nos hace libres,
unánimes e infinitos, en el sentido
de que en él nos ciframos y perdemos y también
no acabamos nunca. El arte dibuja
nuestro rostro más profundo y verdadero.
El modo que tiene de dibujarse a sí misma el alma
es también el arte. El arte es una oración.
El arte nos libera y nos congrega, nos conjura,
trasciende en las palabras o su música nuestro espíritu
y estamos en él como más en verdad somos,
nos gustemos o no, en un retrato
que cogió nuestro gesto más espontáneo
y que quedó en él definitivo. En el arte
somos como en verdad somos, y es por ello
la única justicia que tiene aquí la vida.

15 marzo 2009

El amor es libre y es entero. El amor te ata


51

EL AMOR ES LIBRE Y ES ENTERO. EL AMOR TE ATA
y te exige su camino pero en él la libertad
fatal se cumple. La libertad del aire
y de la vida. La libertad de ser
como más finalmente somos. El amor es espera, es torrente,
es silencio. El amor es labio apretado sobre el día
y un mar muy lejano al fondo de los sueños.
Sólo por amor me he perdido. Sólo
en el amor me he anegado, me he oscurecido,
y fiera ha sido en él la vida pero a la vez muy pura
y de modo completo y único sentido.
En el amor me he consumido
pero el amor es siempre la conciencia
de cumplir con un destino. El tiempo,
el día, el olvido, la memoria, el mundo,
el roto vacío. El amor les da forma,
nombre. Les da rostro. Sólo el amor
les da sentido y siembra el alma.

14 marzo 2009

El amor es libre y es entero. El amor te ata

Le jouet abandonné d'un enfant


83

LE JOUET ABANDONNÉ D'UN ENFANT
près d'un manège triste, dans le ravin de l'oubli.
Des oiseaux sombres et sans nom
dessinent dans leur vol
un cercle étrange auquel personne
ne donne de sens. Bien que peut-être il en ait.
Dans cette scène, image ou désert
dans le rêve dessiné des mots
est enfermée quelque musique, un certain destin.
Mais cela reste clos et s'ouvre seulement
pour celui vers lequel secrétement c'est dirigé.
Les voies de Dieu nous sont cachées.

16 mars 2009


83

EL ABANDONADO JUGUETE DE UN NIÑO
cerca de un tiovivo triste, en el barranco del olvido.
Pájaros oscuros y sin nombre
dibujan en su vuelo
un extraño círculo al que nadie
da sentido. Pero acaso lo tiene.
En esta escena, imagen o desierto
en el sueño de las palabras dibujado
se encierra alguna música, algún destino.
Pero permanece cerrado y sólo se abre
a aquél a quien va secretamente dirigido.
Dios esconde sus caminos.

16 marzo 2009

Extrait de:
La poésie est un fond d'eau marine
Santiago Montobbio - Editions du Cygne - 2011

Traduction et voix: Jean Dif

El abandonado juguete de un niño

En una silla vacía alguien reposa


259

EN UNA SILLA VACÍA ALGUIEN REPOSA.
Esta silla tiene una silueta que le es propia.
En ella habita. Cuando alguien se sienta en ella
la lastima. Pero ese alguien no se queja.
No quiere que nadie sospeche su presencia,
que nadie sepa que est· allÌ, en esta silla,
en este bar o en esa sala de espera, viendo
pasar la vida como silencio o como espía.
En algunos sitios se encuentran estas sillas.
Alguien las ocupa. Desde ellas nos vigila.
Pero no podemos descubrirlos, si los percibimos,
ni a nadie avisar de su presencia. Se consumirían.
La vida necesita estos silenciosos centinelas,
estas presencias olvidadas, estos hombres y estas siluetas
secretos en sus sillas. La vida encierra este
y aun más misterios. Con ellos se puebla.

23 marzo 2009

Dans une chaise vide quelqu'un se repose


259

DANS UNE CHAISE VIDE QUELQU'UN SE REPOSE.
Cette chaise possede une silhouette qui lui est propre.
Elle habite en elle. Quand quelqu'un s'y assoit
il la dérange. Mais ce quelqu'un demeure coi.
Il ne veut pas que l'on soupçonne sa présence,
que nul ne sache qu'il est là, dans cette chaise,
dans ce bar ou dans cette salle d'attente, regardant
passer la vie comme le silence ou comme un espion.
Dans quelques endroits on trouve ces chaises.
Quelqu'un les occupe. Il nous surveille depuis elles.
Mais nous ne pouvons pas les concevoir, pas plus que nous les percevons,
et nous ne pouvons informer qui que ce soit de leur prèsence. Cela les dètruirait.
La vie a besoin de ces sentinelles silencieuses,
ces prèsences oubliées, ces hommes et ces silhouettes
secrétes dans leurs chaises. La vie recele ceci
et bien d'autres mystères. Elle se peuple d'eux.

23 mars 2009

259

EN UNA SILLA VACÍA ALGUIEN REPOSA.
Esta silla tiene una silueta que le es propia.
En ella habita. Cuando alguien se sienta en ella
la lastima. Pero ese alguien no se queja.
No quiere que nadie sospeche su presencia,
que nadie sepa que est· allí, en esta silla,
en este bar o en esa sala de espera, viendo
pasar la vida como silencio o como espÌa.
En algunos sitios se encuentran estas sillas.
Alguien las ocupa. Desde ellas nos vigila.
Pero no podemos descubrirlos, si los percibimos,
ni a nadie avisar de su presencia. Se consumirían.
La vida necesita estos silenciosos centinelas,
estas presencias olvidadas, estos hombres y estas siluetas
secretos en sus sillas. La vida encierra este
y aun más misterios. Con ellos se puebla.

23 marzo 2009

Extrait de La poésie est un fond d'eau marine - Editions du Cygne - 2011
Voix et traduction: Jean Dif

Un petit insecte perdu sur le mont ultime


162


UN PETIT INSECTE PERDU SUR LE MONT ULTIME.
Líhomme n'est pas grand-chose de plus dans la vie, obscur.
Obscur et grievement blessé et dévoré par le temps et l'oubli.
Feuille sèche, branche cassée, ruisseau asséché, insecte infime,
et des êtres déjà gachés, minuscules, qui vont main dans la main
entremêlant leur destin au pas des jours.
Cette montagne ultime est le néant ou bien peut-être Dieu,
une monnaie qui tombe toujours sur sa tranche
et se fixe ainsi et demeure
sur les rails du temps.
Là nous nous perdons. Là nous vivons.
L'homme est toujours un dernier feu, secret.

19 mars 2009




162

EL INSECTO PEQUEÑO Y PERDIDO POR EL MONTE ÚLTIMO.
No mucho más es en la vida el hombre, oscuro.
Oscuro y malherido y devorado por el tiempo y el olvido.
Hoja seca, rama partida, arroyo también seco, insecto pequeño
y seres ya gastados, diminutos, van dándose en él la mano
y trenzando con el paso de los dÌas su destino.
Ese monte último es la nada o Dios acaso,
una moneda que siempre cae de canto
y fija así se queda
sobre los raíles del tiempo.
AllÌ nos perdemos. AllÌ vivimos.
El hombre es siempre un fuego último, secreto.

19 marzo 2009

Extrait de:
La poésie est un fond d'eau marine
Santiago Montobbio - Editions du Cygne - 2011

Traduction et voix: Jean Dif


El insecto pequeño y perdido por el monte último

El poema es erosión y pérdida


24

EL POEMA ES EROSIÓN Y PÉRDIDA.
El poema es testimonio. El poema es testamento.
El poema es de todos y es de nadie. El poema es siempre tuyo.
El poema es corazón lleno de heridas muy abiertas.
El poema es el retrato oscuro del olvido.
El poema es lodo. El poema es todo. El poema
es lirio y río. El poema es aire libre. El poema
es un niño y un respiro. El poema tiembla
como araña que la soledad desteje. El poema es alba
y es río (ya lo he dicho) y es latido. El sol del poema
también sabe del frío. El poema está
siempre despierto, siempre herido. En el poema está
el corazón secreto del estío. El poema
te vive y te persigue. El poema te escribe.
El poema es un destino. El poema es un paisaje
que nunca es el mismo. El poema es luz
nunca oída. El poema restalla nuevo sobre el día.
El poema es susurro, es temblor, aliento estremecido.
El poema es tigre y es paloma. El poema
es triste, es libre. El poema es misterioso
y no se pierde ni se agota su sentido.
El poema es sombra. El poema es haz
y suma de los posibles caminos. El poema
es revelación y abismo, destello único.
El poema también es montaña y agua y alba
siempre aludida. El poema, daga y última muralla.
El poema está escondido. En las palabras lo descubro.
En el poema siempre soy yo mismo. En el poema
ardo, alumbro. Navego noche adentro. Naufrago,
me consumo. En el poema vivo. Hacia ti
en el poema me construyo.

12 marzo 2009

La poesía es un fondo de agua marina

Notas a la edición francesa. Editions du Cygne. Traducción: Jean Dif




* Fragmento de la Nota a la edición

Hacia febrero del año 2009, y después de veinte años de silencio (porque el arte es misterioso), vi que volvía a escribir algún poema. Una prosa que no se sabía si era ya poema, entre otras, algún poema algún día, como pasos previos que anuncian y vuelven a un camino, y luego, ya el 12 de marzo, diez poemas, y a partir de ahí muchos poemas cada día. Yo no sabía, esos días de febrero, al empezar a escribir, cuánto iba a escribir. Quizá algunos poemas, un grupo, un pequeño libro. No sabía. Pero al ver que fluían de manera constante y copiosa, cada día, al levantarme sacaba hojas en blanco, y empezaba el primer poema del día con el número 1, y así seguía. Según el día llegaba al 15, al 27, o al 32, o al 40. A veces, claro, escribía en alguna de las libretas pequeñas que para conmemorar los 25 años de la Agencia Española de Cooperación en Nicaragua allí habían hecho, y que me había dado mi hermana Elena, que era su coordinadora, o en algún otro papel volandero. Recuerdo, por ejemplo, que el poema número 24, el de “El poema es erosión y pérdida”, y tantas cosas, fuerzas, heridas y elementos, lo escribí mientras andaba por la Vía Augusta, tras salir de la consulta de un médico al que acompañé a mi madre, y que sólo tenía para hacerlo un minúsculo e incómodo bolígrafo de la agenda de ella y el libro que había llevado para mitigar la espera a cuya sala da nombre y que era –lo recuerdo- Pasos en la nieve, de Rémy de Gourmont. Así que ese original está allí. Tuve que apoyarme algún momento en algún árbol. También tuve que pararme otro día en un banco de la Diagonal para escribir el poema que da título a este libro y al que después me referiré, tras salir de acompañar de su sesión de recuperación a mi madre. No dudas, me dijo, tras ver el modo –la rapidez, la urgencia, el seguir exacto de un dictado- en que lo escribía. Pero, en todo caso, fui numerando los poemas y pasándolos en el ordenador según este orden natural en que se escribían. Fueron 438 en tres semanas de marzo y unos días de abril. Luego, en verano y otoño, volví a escribir otros 500, hasta alcanzar un total de 942. Pero esta segunda etapa no está aquí ya contemplada.
Santiago Montobbio

Santiago Montobbio

Santiago Montobbio
Foto: Anna Xalabarder

Volvió a escribir

después de 20 años de silencio. Entonces Ernesto Sábato, Miguel Delibes, Juan Carlos Onetti y Camilo José Cela describieron su poesía como honda, misteriosa, envidiable.
Es Santiago Montobbio (Barcelona, 1966) de esa estirpe de poetas que cosechan el misterio en la cotidianeidad, que se transportan con ligereza a ese otro lado donde está la sombra alumbrada y vuelve sembrado de palabras tan sencillas como poderosas, tan sobrenaturales como humanas.
(María García Esperón)