I soli sparsi per le notti. Traducción al italiano y voz de Amaranta Sbardella





I soli sparsi per le notti.
Le piogge impensate. I compassi che l’anima punta
e nei quali la vita trova se stessa e si riposa.
Assale anche. Li annoto con agile polso.
Dietro suo ordine scrivo un quaderno,
dove parlo a me stesso
e ausculto il mondo. Prendo il polso a quella notte
dai soli sparsi. Alle piogge impensate.
E l’anima è porta che si spalanca, pure
porta chiusa, chiave che non confida mai a nessuno,
solo forse a una musica che la cerca nell’arte.
La porta si apre al mio passo e conduce all’interno.
Su di lei non so dirvi più nulla.



Los soles por las noches esparcidos.
Las lluvias impensadas. Los compases que marca el alma
y en los que la vida se encuentra y se descansa.
También asalta. Con fino pulso los registro.
Escribo un cuaderno a su dictado,
en el que me digo a mí mismo
y ausculto el mundo. Tomo el pulso a esa noche
con soles esparcidos. A las lluvias impensadas.
Y el alma es puerta que se abre, también
puerta cerrada, llave que a nadie más confía,
sólo acaso a una música que en el arte la busca.
La puerta se abre a mi paso y adentro lleva.
No sé deciros nada más acerca de ella.

(C) Santiago Montobbio
(C) Traducción: Amaranta Sbardella

Si sporge la luna dai tetti. Traducción al italiano y voz de Amaranta Sbardella



Si sporge la luna dai tetti
e l’uomo in lei si sporge, è
anche vento che la trasporta e se stesso spinge
sino alla fine della terra, dove la parola
termina o comincia e nell’ombra
applaude e alla luce
si fonde, in una strana musica
che cifra l’uomo, che ne è patria,
come quella luce o quell’ombra o come l’aria,
aria trascesa dallo spirito e trapassata nella luce,
uomo che cerca il suo fondo e la sua naturalezza e i suoi contorni
in processioni di poesie
che palpitano nella verità, nella verità
incomprensibile e ultima
di quest’esistenza assurda, di questo tempo
ferito e fiero
che come una croce si imprime nelle fronti
e non ci abbandona. L’uomo è sempre ultimo,
è sempre canto, è sempre abisso.
Le poesie sono il modo di lambire il suo precipizio.



Se asoma la luna por los tejados
y en ella el hombre se asoma, también
es viento que la transporta y a sí mismo lleva
hasta el fin de la tierra, donde la palabra
termina o empieza y bate palmas
en la sombra y con la luz
se hermana, en una extraña música
que al hombre cifra, que del hombre es patria,
como esa luz o esa sombra o como el aire,
aire por el espíritu trascendido y en la luz traspasado,
hombre que busca su fondo y su naturaleza y sus contornos
en procesión de poemas
que en la verdad palpitan, en la verdad
incomprensible y última
de esta existencia absurda, de este tiempo
herido y fiero
que se graba como una cruz en las frentes
y nos nos deja. El hombre es siempre último,
es siempre canto, es siempre abismo.
Los poemas son el modo de bordear su precipicio.


(C) Santiago Montobbio
(C) Traducción: Amaranta Sbardella

In una sedia vuota riposa qualcuno. Traducción al italiano y voz de Amaranta Sbardella



IN UNA SEDIA VUOTA RIPOSA QUALCUNO.
Questa sedia ha una sagoma che le è propria.
Abita in lei. Quando qualcuno vi si siede
le fa male. Ma questo qualcuno non si lamenta.
Non vuole che si sospetti la sua presenza,
che si sappia che è lì, su quella sedia,
in quel bar o in quella sala d’attesa, vedendo
passare la vita come silenzio o come spia.
Queste sedie si trovano in alcuni posti.
Qualcuno le occupa. Da loro ci controlla.
Ma, se li percepiamo, non possiamo scoprirli,
né avvisare nessuno della loro presenza. Si dissolverebbero.
La vita ha bisogno di queste silenziose sentinelle,
queste presenze dimenticate, questi uomini e queste sagome
segrete sulle loro sedie. Questo racchiude la vita
e altri misteri. Si popola con essi.



EN UNA SILLA VACÍA ALGUIEN REPOSA.
Esta silla tiene una silueta que le es propia.
En ella habita. Cuando alguien se sienta en ella
la lastima. Pero ese alguien no se queja.
No quiere que nadie sospeche su presencia,
que nadie sepa que está allí, en esta silla,
en este bar o en esa sala de espera, viendo
pasar la vida como silencio o como espía.
En algunos sitios se encuentran estas sillas.
Alguien las ocupa. Desde ellas nos vigila.
Pero no podemos descubrirlos, si los percibimos,
ni a nadie avisar de su presencia. Se consumirían.
La vida necesita estos silenciosos centinelas,
estas presencias olvidadas, estos hombres y estas siluetas
secretos en sus sillas. La vida encierra este
y aun más misterios. Con ellos se puebla.

L'insetto piccolo e perso nel monte ultimo. Traducción al italiano y voz de Amaranta Sbardella



L'INSETTO PICCOLO E PERSO NEL MONTE ULTIMO.
Nella vita non è molto di più l’uomo, oscuro.
Oscuro e ferito e divorato dal tempo e dall’oblio.
Foglia secca, ramo spaccato, ruscello anch’esso secco, piccolo insetto
e esseri ormai minuti, consunti, in lui si danno la mano
intrecciando col passare dei giorni il loro destino.
Questo monte ultimo è il nulla o forse Dio,
una moneta che di taglio sempre cade
e sulle rotaie del tempo
fissa rimane.
Lì ci perdiamo. Lì viviamo.
L’uomo è sempre un fuoco ultimo, secreto.


EL INSECTO PEQUEÑO Y PERDIDO POR EL MONTE ÚLTIMO.
No mucho más es en la vida el hombre, oscuro.
Oscuro y malherido y devorado por el tiempo y el olvido.
Hoja seca, rama partida, arroyo también seco, insecto pequeño
y seres ya gastados, diminutos, van dándose en él la mano
y trenzando con el paso de los dÌas su destino.
Ese monte último es la nada o Dios acaso,
una moneda que siempre cae de canto
y fija así se queda
sobre los raíles del tiempo.
AllÌ nos perdemos. AllÌ vivimos.
El hombre es siempre un fuego último, secreto.

(C) Santiago Montobbio
C) Traducción: Amaranta Sbardella
2014

Il teologo dissidente. Traducción al italiano y voz de Amaranta Sbardella




Il teologo dissidente

Non esiste la morte, non è mai esistita.
Anche se l’uomo ha vissuto sotto la sua minaccia,
nella sua menzogna, non esiste la morte, non esiste,
e se dietro la luna indovinate il volto preciso
dell’assenza, se con oblio osservate
la pupilla  oscura dell’attesa
capirete che non esiste, che davvero non esiste
e capirete come poteva lei esistere e quale nome
avremmo potuto dare allora a questa terra.

El teólogo disidente

No existe la muerte, no ha existido nunca.
Aunque bajo su amenaza haya vivido el hombre,
en su mentira, no existe la muerte, no existe,
y si adivináis tras la luna el exacto rostro
de la ausencia, si con olvido miráis
la pupila oscura de la espera
entenderéis que no existe, que de verdad no existe
y que cómo iba a existir ella y qué nombre
hubiéramos podido darle entonces a esta tierra.

(C) Santiago Montobbio
(C) Traducción: Amaranta Sbardella

L'anarchico dei bengala. Traducción al italiano y voz de Amaranta Sbardella




L’anarchico dei bengala

Io sono l’anarchico dei bengala,
l’unico anarchico, quello che rimane e passa:
ho avuto nomi nei quali dormivano i frutti
dei cuori strani. Lavoro a ogni ora,
soprattutto quando la gente afferma
che non faccio nulla. So lavarmi l’anima
sopra carta e nulla, mettere bombe ad orologeria
nelle città che sento sulle spalle,
cercare e con oblio il solletico a un amore
che con distanza prefiguro e tramite tutto questo
rimanere dappertutto essendomene
andato.
Perché io sono
l’anarchico dei bengala. Ogni volta
che ne accendo uno il tuo cuore
e il mio si spengono.

El anarquista de las bengalas

Yo soy el anarquista de las bengalas,
el anarquista único, el que permanece y pasa:
he tenido nombres en los que dormían las frutas
de los corazones raros. A todas horas trabajo,
y en especial cuando la gente afirma
que no hago nada. Sé lavarme el alma
sobre papel y nada, colocar bombas de relojería
en las ciudades que siento en las espaldas,
buscarle y con olvido las cosquillas a un amor
que prefiguro con distancia y a través de todo eso
seguir estando en todas partes habiéndome
marchado.
Porque yo soy
el anarquista de las bengalas. Cada vez
que enciendo una tu corazón
y mi corazón se apagan.

(C) Santiago Montobbio
(C) Traducción: Amaranta Sbardella

Santiago Montobbio

Santiago Montobbio
Foto: Anna Xalabarder

Volvió a escribir

después de 20 años de silencio. Entonces Ernesto Sábato, Miguel Delibes, Juan Carlos Onetti y Camilo José Cela describieron su poesía como honda, misteriosa, envidiable.
Es Santiago Montobbio (Barcelona, 1966) de esa estirpe de poetas que cosechan el misterio en la cotidianeidad, que se transportan con ligereza a ese otro lado donde está la sombra alumbrada y vuelve sembrado de palabras tan sencillas como poderosas, tan sobrenaturales como humanas.
(María García Esperón)