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ESCRIBO SOBRE EL AIRE DEL OLVIDO.
La noche está en mis espaldas, en mi corazón,
en mis bolsillos. Estoy inundado de la noche
y en ellas las ciudades nada más son un suspiro.
Me guían por calles empedradas
de silencio malherido. En ellas
me pierdo, no me encuentro. Pero sigo su trazado,
su destino. Y mientras camino
de algún modo misterioso y que del todo no comprendo
deletreo mi nombre, cifro mi rostro,
me encuentro y asoma como alba
el alma, soy fiera, soy hiedra, soy selva,
soy tierra y soy el aire y el olvido
en que me escribo.
16 marzo 2009