Espero en un olivo. Espero mi destino


43

ESPERO EN UN OLIVO. ESPERO MI DESTINO.
Dios me lo va a dar, si soy
buen niño. Dios también espera
a que el tiempo para la sombra muera
y la nada fiera
no me alcance y me disgregue. No sé
si esto es un sueño o un poema.
Pero
espero en un olivo.

13 marzo 2009

Espero en un olivo. Espero mi destino

Confesión última


De entre la mentiras una de las que prefiero
es la luna. Antigua o perdida, ni los locos
la creen, y con sus torpes palabras pueden
fabricársele torpes vestiduras. Porque
el poeta -gata falsa- a veces no está
para cielos o pájaros es por los que os hago
una confesión última. De la noche
no hablo. Porque sin engaño o niño
cómo osar decirte
que la noche es mentira.

(C) Santiago Montobbio
El anarquista de las bengalas
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI

Títulos de libros perdidos y no escritos


84

TÍTULOS DE LIBROS PERDIDOS Y NO ESCRITOS
que en estos años cultivó el olvido. Desde su oscuridad
les dio forma, en ella germinaron, nacieron de su impulso,
de su misterioso latido. Los cercó y los compuso.
En él se escribieron sus páginas por fluencia y por espera,
en barranco y dique seco y también como torrente
o meandro sinuoso de un gran río
o pájaro perdido
o aire triste
u hoja que silba a su caricia en el camino.
Títulos de libros densos y apretados, voluminosos
algunos y otros sucintos pero
de sutil y penetrante contenido.
Títulos de libros que necesitan sólo el título
porque tras él ya se adivinan, el título del todo
los contiene, los conforma íntegros, en todos
sus posibles sentidos y a la vez en ellos
puros como enigmas. Títulos de libros
perdidos y no escritos que en estos años
cultivó el olvido y en los que mi vida
de verdad ha sucedido. Sí. En ellos
es realmente donde vivo.

16 marzo 2009

Escribo sobre el aire del olvido


74

ESCRIBO SOBRE EL AIRE DEL OLVIDO.
La noche está en mis espaldas, en mi corazón,
en mis bolsillos. Estoy inundado de la noche
y en ellas las ciudades nada más son un suspiro.
Me guían por calles empedradas
de silencio malherido. En ellas
me pierdo, no me encuentro. Pero sigo su trazado,
su destino. Y mientras camino
de algún modo misterioso y que del todo no comprendo
deletreo mi nombre, cifro mi rostro,
me encuentro y asoma como alba
el alma, soy fiera, soy hiedra, soy selva,
soy tierra y soy el aire y el olvido
en que me escribo.

16 marzo 2009

La fruta redonda del amor


57

LA FRUTA REDONDA DEL AMOR,
su última puerta, que a Dios
nos lleva, o corazón adentro,
a tierras frescas, donde
fermenta el tiempo y por una vez
adquiere sobre labios un sentido.
La fruta redonda del amor.
Vale la pena empeñar la vida
en subir al árbol que la tenga.
Pero no siempre la mano llega.
Vivir es más difícil. A veces vivir
es vivir sin amor, y alentar escondido.
Pero también nos nutre lo perdido.

14 marzo 2009

Estaba buscando un amor o vadeando un río


36

ESTABA BUSCANDO UN AMOR O VADEANDO UN RÍO.
Estaba roto, limpio, perdido. Quizá estaba
debajo de mí mismo y en tan extraño estado
tenía todo el tiempo del mundo
en la palma de la mano y a la vez
ignoraba cómo lograr que no se deshiciera. Igual
que cuando en una ocasión
más que singular, única,
me dieron la vida, una vida entera
y sólo para mí: así lo agradecí y lo sentí
pero al mismo tiempo no supe responder
cuál podría ser su cometido. Enredaderas,
adioses, túneles, selvas, silencios,
olvidos, grutas, desiertos, soledades,
hielos. Así vivo
y he vivido: perplejo
entre lo oscurecido. No sé
si encierra algún sentido. (Vivir, vivir,
un extravío). Pero de ello mis poemas
han sido siempre el signo


13 marzo 2009

La poesía inunda los pasillos, las aulas


45

LA POESÍA INUNDA LOS PASILLOS, LAS AULAS,
las calles, las alcobas. La poesía
es tan libre como un pájaro
y no se resiste a dejar de ser misterio.
La poesía nos puebla, nos inunda, nos penetra.
Pertenecemos a la poesía. La tierra es poesía.
Pero está también la noche, y el miedo,
y las fauces del tiempo y el olvido.
También la poesía es su signo.
Si abandono la poesía, del hombre abdico.
Aun en el silencio en ella vivo.

13 marzo 2009

La poesía inunda los pasillos, las aulas

Italia y Francia, la espada y la campana


40

ITALIA Y FRANCIA, LA ESPADA Y LA CAMPANA,
lugares donde respirar y donde estar,
más exactamente: estar en casa.
Viajar es siempre falso. No se viaja.
No escapa uno de sí mismo
ni encuentra nada que no esté ya en sus adentros
ni habrá lugar en que le esperen misterios
sino estaba ya para ellos predispuesto.
Viajar no es nada. No se viaja.
Dentro de uno mismo la vida ya se cumple
y se realiza. El adentro es embrión,
es latido, es semilla. Tierra única.
Más Italia y Francia y el Mediterráneo
antiguo y libre (porque el mar es siempre libre)
y el amor y los veranos y los tiempos que recuerdo
como infancias todavía respiradas
en el libre aire de la noche
que no aúlla. Italia, Francia, el amor,
tu alma y tu cara. Por encima,
debajo, sobre, siempre en las palabras.

13 marzo 2009

Italia y Francia, la espada y la campana

El arte es también un acto de justicia


69

EL ARTE ES TAMBIÉN UN ACTO DE JUSTICIA.
Porque el arte nos hace arte, nos hace libres,
unánimes e infinitos, en el sentido
de que en él nos ciframos y perdemos y también
no acabamos nunca. El arte dibuja
nuestro rostro más profundo y verdadero.
El modo que tiene de dibujarse a sí misma el alma
es también el arte. El arte es una oración.
El arte nos libera y nos congrega, nos conjura,
trasciende en las palabras o su música nuestro espíritu
y estamos en él como más en verdad somos,
nos gustemos o no, en un retrato
que cogió nuestro gesto más espontáneo
y que quedó en él definitivo. En el arte
somos como en verdad somos, y es por ello
la única justicia que tiene aquí la vida.

15 marzo 2009

El amor es libre y es entero. El amor te ata


51

EL AMOR ES LIBRE Y ES ENTERO. EL AMOR TE ATA
y te exige su camino pero en él la libertad
fatal se cumple. La libertad del aire
y de la vida. La libertad de ser
como más finalmente somos. El amor es espera, es torrente,
es silencio. El amor es labio apretado sobre el día
y un mar muy lejano al fondo de los sueños.
Sólo por amor me he perdido. Sólo
en el amor me he anegado, me he oscurecido,
y fiera ha sido en él la vida pero a la vez muy pura
y de modo completo y único sentido.
En el amor me he consumido
pero el amor es siempre la conciencia
de cumplir con un destino. El tiempo,
el día, el olvido, la memoria, el mundo,
el roto vacío. El amor les da forma,
nombre. Les da rostro. Sólo el amor
les da sentido y siembra el alma.

14 marzo 2009

El amor es libre y es entero. El amor te ata

Le jouet abandonné d'un enfant


83

LE JOUET ABANDONNÉ D'UN ENFANT
près d'un manège triste, dans le ravin de l'oubli.
Des oiseaux sombres et sans nom
dessinent dans leur vol
un cercle étrange auquel personne
ne donne de sens. Bien que peut-être il en ait.
Dans cette scène, image ou désert
dans le rêve dessiné des mots
est enfermée quelque musique, un certain destin.
Mais cela reste clos et s'ouvre seulement
pour celui vers lequel secrétement c'est dirigé.
Les voies de Dieu nous sont cachées.

16 mars 2009


83

EL ABANDONADO JUGUETE DE UN NIÑO
cerca de un tiovivo triste, en el barranco del olvido.
Pájaros oscuros y sin nombre
dibujan en su vuelo
un extraño círculo al que nadie
da sentido. Pero acaso lo tiene.
En esta escena, imagen o desierto
en el sueño de las palabras dibujado
se encierra alguna música, algún destino.
Pero permanece cerrado y sólo se abre
a aquél a quien va secretamente dirigido.
Dios esconde sus caminos.

16 marzo 2009

Extrait de:
La poésie est un fond d'eau marine
Santiago Montobbio - Editions du Cygne - 2011

Traduction et voix: Jean Dif

El abandonado juguete de un niño

En una silla vacía alguien reposa


259

EN UNA SILLA VACÍA ALGUIEN REPOSA.
Esta silla tiene una silueta que le es propia.
En ella habita. Cuando alguien se sienta en ella
la lastima. Pero ese alguien no se queja.
No quiere que nadie sospeche su presencia,
que nadie sepa que est· allÌ, en esta silla,
en este bar o en esa sala de espera, viendo
pasar la vida como silencio o como espía.
En algunos sitios se encuentran estas sillas.
Alguien las ocupa. Desde ellas nos vigila.
Pero no podemos descubrirlos, si los percibimos,
ni a nadie avisar de su presencia. Se consumirían.
La vida necesita estos silenciosos centinelas,
estas presencias olvidadas, estos hombres y estas siluetas
secretos en sus sillas. La vida encierra este
y aun más misterios. Con ellos se puebla.

23 marzo 2009

Dans une chaise vide quelqu'un se repose


259

DANS UNE CHAISE VIDE QUELQU'UN SE REPOSE.
Cette chaise possede une silhouette qui lui est propre.
Elle habite en elle. Quand quelqu'un s'y assoit
il la dérange. Mais ce quelqu'un demeure coi.
Il ne veut pas que l'on soupçonne sa présence,
que nul ne sache qu'il est là, dans cette chaise,
dans ce bar ou dans cette salle d'attente, regardant
passer la vie comme le silence ou comme un espion.
Dans quelques endroits on trouve ces chaises.
Quelqu'un les occupe. Il nous surveille depuis elles.
Mais nous ne pouvons pas les concevoir, pas plus que nous les percevons,
et nous ne pouvons informer qui que ce soit de leur prèsence. Cela les dètruirait.
La vie a besoin de ces sentinelles silencieuses,
ces prèsences oubliées, ces hommes et ces silhouettes
secrétes dans leurs chaises. La vie recele ceci
et bien d'autres mystères. Elle se peuple d'eux.

23 mars 2009

259

EN UNA SILLA VACÍA ALGUIEN REPOSA.
Esta silla tiene una silueta que le es propia.
En ella habita. Cuando alguien se sienta en ella
la lastima. Pero ese alguien no se queja.
No quiere que nadie sospeche su presencia,
que nadie sepa que est· allí, en esta silla,
en este bar o en esa sala de espera, viendo
pasar la vida como silencio o como espÌa.
En algunos sitios se encuentran estas sillas.
Alguien las ocupa. Desde ellas nos vigila.
Pero no podemos descubrirlos, si los percibimos,
ni a nadie avisar de su presencia. Se consumirían.
La vida necesita estos silenciosos centinelas,
estas presencias olvidadas, estos hombres y estas siluetas
secretos en sus sillas. La vida encierra este
y aun más misterios. Con ellos se puebla.

23 marzo 2009

Extrait de La poésie est un fond d'eau marine - Editions du Cygne - 2011
Voix et traduction: Jean Dif

Un petit insecte perdu sur le mont ultime


162


UN PETIT INSECTE PERDU SUR LE MONT ULTIME.
Líhomme n'est pas grand-chose de plus dans la vie, obscur.
Obscur et grievement blessé et dévoré par le temps et l'oubli.
Feuille sèche, branche cassée, ruisseau asséché, insecte infime,
et des êtres déjà gachés, minuscules, qui vont main dans la main
entremêlant leur destin au pas des jours.
Cette montagne ultime est le néant ou bien peut-être Dieu,
une monnaie qui tombe toujours sur sa tranche
et se fixe ainsi et demeure
sur les rails du temps.
Là nous nous perdons. Là nous vivons.
L'homme est toujours un dernier feu, secret.

19 mars 2009




162

EL INSECTO PEQUEÑO Y PERDIDO POR EL MONTE ÚLTIMO.
No mucho más es en la vida el hombre, oscuro.
Oscuro y malherido y devorado por el tiempo y el olvido.
Hoja seca, rama partida, arroyo también seco, insecto pequeño
y seres ya gastados, diminutos, van dándose en él la mano
y trenzando con el paso de los dÌas su destino.
Ese monte último es la nada o Dios acaso,
una moneda que siempre cae de canto
y fija así se queda
sobre los raíles del tiempo.
AllÌ nos perdemos. AllÌ vivimos.
El hombre es siempre un fuego último, secreto.

19 marzo 2009

Extrait de:
La poésie est un fond d'eau marine
Santiago Montobbio - Editions du Cygne - 2011

Traduction et voix: Jean Dif


El insecto pequeño y perdido por el monte último

El poema es erosión y pérdida


24

EL POEMA ES EROSIÓN Y PÉRDIDA.
El poema es testimonio. El poema es testamento.
El poema es de todos y es de nadie. El poema es siempre tuyo.
El poema es corazón lleno de heridas muy abiertas.
El poema es el retrato oscuro del olvido.
El poema es lodo. El poema es todo. El poema
es lirio y río. El poema es aire libre. El poema
es un niño y un respiro. El poema tiembla
como araña que la soledad desteje. El poema es alba
y es río (ya lo he dicho) y es latido. El sol del poema
también sabe del frío. El poema está
siempre despierto, siempre herido. En el poema está
el corazón secreto del estío. El poema
te vive y te persigue. El poema te escribe.
El poema es un destino. El poema es un paisaje
que nunca es el mismo. El poema es luz
nunca oída. El poema restalla nuevo sobre el día.
El poema es susurro, es temblor, aliento estremecido.
El poema es tigre y es paloma. El poema
es triste, es libre. El poema es misterioso
y no se pierde ni se agota su sentido.
El poema es sombra. El poema es haz
y suma de los posibles caminos. El poema
es revelación y abismo, destello único.
El poema también es montaña y agua y alba
siempre aludida. El poema, daga y última muralla.
El poema está escondido. En las palabras lo descubro.
En el poema siempre soy yo mismo. En el poema
ardo, alumbro. Navego noche adentro. Naufrago,
me consumo. En el poema vivo. Hacia ti
en el poema me construyo.

12 marzo 2009

La poesía es un fondo de agua marina

Notas a la edición francesa. Editions du Cygne. Traducción: Jean Dif




* Fragmento de la Nota a la edición

Hacia febrero del año 2009, y después de veinte años de silencio (porque el arte es misterioso), vi que volvía a escribir algún poema. Una prosa que no se sabía si era ya poema, entre otras, algún poema algún día, como pasos previos que anuncian y vuelven a un camino, y luego, ya el 12 de marzo, diez poemas, y a partir de ahí muchos poemas cada día. Yo no sabía, esos días de febrero, al empezar a escribir, cuánto iba a escribir. Quizá algunos poemas, un grupo, un pequeño libro. No sabía. Pero al ver que fluían de manera constante y copiosa, cada día, al levantarme sacaba hojas en blanco, y empezaba el primer poema del día con el número 1, y así seguía. Según el día llegaba al 15, al 27, o al 32, o al 40. A veces, claro, escribía en alguna de las libretas pequeñas que para conmemorar los 25 años de la Agencia Española de Cooperación en Nicaragua allí habían hecho, y que me había dado mi hermana Elena, que era su coordinadora, o en algún otro papel volandero. Recuerdo, por ejemplo, que el poema número 24, el de “El poema es erosión y pérdida”, y tantas cosas, fuerzas, heridas y elementos, lo escribí mientras andaba por la Vía Augusta, tras salir de la consulta de un médico al que acompañé a mi madre, y que sólo tenía para hacerlo un minúsculo e incómodo bolígrafo de la agenda de ella y el libro que había llevado para mitigar la espera a cuya sala da nombre y que era –lo recuerdo- Pasos en la nieve, de Rémy de Gourmont. Así que ese original está allí. Tuve que apoyarme algún momento en algún árbol. También tuve que pararme otro día en un banco de la Diagonal para escribir el poema que da título a este libro y al que después me referiré, tras salir de acompañar de su sesión de recuperación a mi madre. No dudas, me dijo, tras ver el modo –la rapidez, la urgencia, el seguir exacto de un dictado- en que lo escribía. Pero, en todo caso, fui numerando los poemas y pasándolos en el ordenador según este orden natural en que se escribían. Fueron 438 en tres semanas de marzo y unos días de abril. Luego, en verano y otoño, volví a escribir otros 500, hasta alcanzar un total de 942. Pero esta segunda etapa no está aquí ya contemplada.
Santiago Montobbio

Santiago Montobbio

Santiago Montobbio
Foto: Anna Xalabarder

Volvió a escribir

después de 20 años de silencio. Entonces Ernesto Sábato, Miguel Delibes, Juan Carlos Onetti y Camilo José Cela describieron su poesía como honda, misteriosa, envidiable.
Es Santiago Montobbio (Barcelona, 1966) de esa estirpe de poetas que cosechan el misterio en la cotidianeidad, que se transportan con ligereza a ese otro lado donde está la sombra alumbrada y vuelve sembrado de palabras tan sencillas como poderosas, tan sobrenaturales como humanas.
(María García Esperón)