EL POEMA ES EROSIÓN Y PÉRDIDA.
El poema es testimonio. El poema es testamento.
El poema es de todos y es de nadie. El poema es siempre tuyo.
El poema es corazón lleno de heridas muy abiertas.
El poema es el retrato oscuro del olvido.
El poema es lodo. El poema es todo. El poema
es lirio y río. El poema es aire libre. El poema
es un niño y un respiro. El poema tiembla
como araña que la soledad desteje. El poema es alba
y es río (ya lo he dicho) y es latido. El sol del poema
también sabe del frío. El poema está
siempre despierto, siempre herido. En el poema está
el corazón secreto del estío. El poema
te vive y te persigue. El poema te escribe.
El poema es un destino. El poema es un paisaje
que nunca es el mismo. El poema es luz
jamás oída. El poema restalla nuevo sobre el día.
El poema es susurro, es temblor, aliento estremecido.
El poema es tigre y es paloma. El poema
es triste, es libre. El poema es misterioso
y no se pierde ni se agota su sentido.
El poema es sombra. El poema es haz
y suma de los posibles caminos. El poema
es revelación y abismo, destello único.
El poema también es montaña y agua y alba
siempre aludida. El poema, daga y última muralla.
El poema está escondido. En las palabras lo descubro.
En el poema siempre soy yo mismo. En el poema
ardo, alumbro. Navego noche adentro. Naufrago,
me consumo. En el poema vivo. Hacia ti
en el poema me construyo.
De La poesía es un fondo de agua marina, Colección de poesía El Bardo, Los Libros de la Frontera, Sant Cugat del Vallès, Barcelona, 2011
EL TIEMPO SE ESCONDE EN EL MISTERIO.
También en el poema canta, y tantas veces
es su música o su entraña: la música
del tiempo, que vuelve huesos
la carne de los sueños y seca
la lluvia de las risas, desiertas
las mañanas. La música del tiempo
y en sus compases el misterio, y el arte
como buceo entre las sombras, en las aguas
hondas del vivir y sus heridas, de la sangre
en tanto daño repartida. Y repetida.
Como el tiempo en el verso, como enigma
que el poeta escribe y del todo no descifra.
El arte es también arte del tiempo, arte
que en el misterio vive, habita, anida.
El olvido se hace un ovillo mientras
el poeta tiembla y siente el frío
de un helado viento de invierno
sobre el alma. Todo es alma,
y noche, y alba. El tiempo del arte
en misterio transcurre, enigmas
cifra y desentraña. La arcilla
con que moldea el alma
en su oscuridad alumbra
y adivina, es un fosco
sol que adentro brilla.
El arte es aire claro y a la vez
es siempre enigma. En el misterio,
como el tiempo, respira. Y así
la vida dura, se apresura, perdura.
Y tiembla como una mañana última.
TENGO UN MENSAJE TATUADO EN LAS ENTRAÑAS,
pero pertenece a un código quizá incompleto,
porque a veces siento que no lo traduzco del todo
en el poema. Algún sentido o arista
de su espíritu en él se me escapa.
Pero así sucede con la poesía, con el arte.
Siempre son huida, huida a la vez
que busca, y en ellas parte
del alma al poeta se le escapa.
Queda difuminada entre las sombras,
como un aroma que apresar no puede.
El arte se acerca al alma, a ella
se aproxima y le da forma, pero entera
jamás la revela. El arte
conserva siempre algún misterio. Después
del arte aún hay secreto. En el arte
el hombre no se acaba. Del hombre
es el más hondo y verdadero camino,
y nace de las tierras del espíritu,
pero en la luz con que se crea aún
permanecen sombras y por eso
a crear el hombre continuar debe,
a seguir ese camino, incompleto
siempre, e imperfecto. Doy pasos
en el viento y en la sombra y dentro
de mí mismo encuentro recodos
que te nombran. El arte
ejerzo, pueblo, convoco. En el arte
soy inmenso, y también
un ínfimo agujero. Por él
me veo. En él
vivir no tiene término.
El amor en él es un espejo.
LA LIBERTAD ES UNA PATRIA, Y LA POESÍA
es libertad. Así en ella vivo
y por sus misterios camino. Senderos ando
que no conocía, a fuentes de ignoradas aguas
en los adentros me llevan, y yo dejo
que me lleve de la mano, de la música
y de la mano, del dolor de vivir, del asombro,
la tristeza, el pasar y el pesar de los días,
el tiempo que en cualquier esquina palpita
y nos trae un recuerdo que nos dice
exactamente cómo fuimos y quizá
aún somos, el tiempo que nos persigue
como sombra tras todos nuestros pasos,
la congoja, el naufragio, la zozobra,
y el íntimo desastre del amor que no han querido
y el silencio con que lo has soportado y lo has vivido,
con todo eso, con todas esas fuerzas y elementos
que forman una vida
voy de la mano de la poesía
y me pierdo en los adentros,
o me cifro, o me encuentro.
El poema da nombre a este desierto.
Me guste o no es el que tengo.
Pero cuando me llaman por él respondo lento,
porque me cuesta darme cuenta de que soy yo
el que está en el espejo, en los versos.
Sobre el cielo imposible, Colección de poesía El Bardo, Los Libros de la Frontera, Alhaurín el Grande, Málaga, 2016