LA CALLE MEDIEVAL DE CASA
con nosotros da también
la vuelta al aire.
(Santiago Montobbio. La libertad de la poesía)
Los que tenemos la fortuna de conocer y seguir la poesía de Santiago Montobbio encontramos en su más reciente libro una iluminación y una conversión a lo más sublime del espíritu humano.
La libertad de la poesía, editado bellamente por Ònix Editor en Barcelona, su ciudad, es un lugar altísimo de la evolución de un poeta singular en cualquier lengua para quien cada partícula de la existencia es poesía.
Madre, Libros. Naturaleza. Con esas tres palabras sagradas la hispanista brasileña Ester Abreu Vieira de Oliveira define la temática esencial del poeta de Barcelona. Y es en este libro que las tres columnas de su poética se levantan hasta rozar las alturas y acercarnos humanamente a lo divino.
La transmutación de la materia en espíritu, de la prosa de la vida en poesía del alma, de las sensaciones físicas en atisbos metafísicos acontece en la obra de Santiago Montobbio con esa naturalidad de los grandes, de los altísimos poetas. Porque el poeta de Barcelona comparte la tela del alma con el poeta de Florencia. Si la Amada llevó a Dante a la intuición de las esferas celestiales, la Madre imantó a Santiago hacia el misterio divino del Amor del que emanamos y al que volveremos.
Cántico de las criaturas es también La libertad de la poesía. Cántico de un alma seráfica como la de Francisco de Asís, que no cesa de agradecer los dones de la vida, que abre el día alabando la Naturaleza, que convierte la experiencia cotidiana en libros tan hermosos en los que vemos volar palomas hacia campanarios y entrevemos las sombras del poeta y su madre en los caminos de Montgrí, caminos metafísicos pero impregnados de ternura concreta, de recuerdo, de infancia, de pertenencia tanto al instante como a la eternidad.
EL PALOMAR TRAS LOS ÁRBOLES,
el palomar de casa. Mi madre
que me señala por dónde
está azul el cielo. La luz
sobre los montes. Pájaros.
Es agosto, es la vida, es el campo.
Cuánta belleza, Santiago Montobbio. Cuánto amor nos entregas. Cuánta poesía y cuánta libertad.
María García Esperón