El poema es todo: 2011-2025






EL POEMA ES TODO, escribió Santiago Montobbio en el poema 24 de su libro La poesía es un fondo de agua marina y que yo leí en 2011 a través de la traducción francesa, -La poésie est un fond d'eau marine- realizada por Jean Dif y publicada ese año en Éditions du Cygne.  

Santiago me escribió para agradecer la realización de los video poemas en francés que grabó Jean Dif y a los que yo puse imagen. Entonces y casi de inmediato, surgió la idea de hacer un blog para difundir su poesía. El poema es todo fue el nombre natural para la publicación, que propuse desde México al poeta de Barcelona, deslumbrada como estaba por la calidad de su obra, su entrega total al arte y por el hecho de que hubiera retomado la escritura después de 20 años de silencio desde los éxitos literarios de su juventud, ensalzada su creación por gigantes de las letras hispanoamericanas como Ernesto Sábato, Miguel Delibes, Juan Carlos Onetti y Camilo José Cela, quienes describieron su poesía como honda, envidiable y misteriosa.

Es honda la poesía de Santiago, es envidiable en el buen sentido de la envidia, como inspiración, aspiración y deseo de tocar la belleza en la que habita el poeta y que a su vez lo habita. Pero sobre todo, es misteriosa. Misteriosa en el sentido antiguo, de búsqueda espiritual a través de las sombras de la existencia, que ha de otorgar los dones de la luz.

El poema es todo ha reflejado de 2011 a 2025 la actividad creativa de Santiago Montobbio. De un poeta para el que la vida entera es poética. Que proyecta sobre el mundo la red de evocaciones literarias que su amplísima cultura y sensibilidad le dictan, que transmuta la existencia en la luz de la palabra y que, como en el poema 24 de La poesía es un fondo de agua marina, nos revela con inaudita sencillez que, en efecto, el poema es todo.

                                                                                   (María García Esperón, Bolonia, 15 de enero de 2025)


24

EL POEMA ES EROSIÓN Y PÉRDIDA.

El poema es testimonio. El poema es testamento.

El poema es de todos y es de nadie. El poema es siempre tuyo.

El poema es corazón lleno de heridas muy abiertas.

El poema es el retrato oscuro del olvido.

El poema es lodo. El poema es todo. El poema

es lirio y río. El poema es aire libre. El poema

es un niño y un respiro. El poema tiembla

como araña que la soledad desteje. El poema es alba

y es río (ya lo he dicho) y es latido. El sol del poema

también sabe del frío. El poema está

siempre despierto, siempre herido. En el poema está

el corazón secreto del estío. El poema

te vive y te persigue. El poema te escribe.

El poema es un destino. El poema es un paisaje

que nunca es el mismo. El poema es luz

nunca oída. El poema restalla nuevo sobre el día.

El poema es susurro, es temblor, aliento estremecido.

El poema es tigre y es paloma. El poema

es triste, es libre. El poema es misterioso

y no se pierde ni se agota su sentido.

El poema es sombra. El poema es haz

y suma de los posibles caminos. El poema

es revelación y abismo, destello único.

El poema también es montaña y agua y alba

siempre aludida. El poema, daga y última muralla.

El poema está escondido. En las palabras lo descubro.

En el poema siempre soy yo mismo. En el poema

ardo, alumbro. Navego noche adentro. Naufrago,

me consumo. En el poema vivo. Hacia ti

en el poema me construyo.


12 marzo 2009





Santiago Montobbio

Santiago Montobbio
Foto: Anna Xalabarder

Volvió a escribir

después de 20 años de silencio. Entonces Ernesto Sábato, Miguel Delibes, Juan Carlos Onetti y Camilo José Cela describieron su poesía como honda, misteriosa, envidiable.
Es Santiago Montobbio (Barcelona, 1966) de esa estirpe de poetas que cosechan el misterio en la cotidianeidad, que se transportan con ligereza a ese otro lado donde está la sombra alumbrada y vuelve sembrado de palabras tan sencillas como poderosas, tan sobrenaturales como humanas.
(María García Esperón)