Santiago Montobbio: "Onde fica elucidado o ubisunt...", poema en traducción al portugués de Ester Abreu Vieira de Oliveira (Revista da Academia Espírito-Santense de Letras, Vitória, Brasil)


ONDE FICA ELUCIDADO O UBISUNT
OU O QUE QUERES QUE LHE FAÇA
SE SEMPRE PENSEI
QUE TUAS PERNAS TINHAM QUE SER PARENTES
DAS COLUNAS DÓRICAS.

Depois de haver-te amado durante todos os crepúsculos
de um incerto mas abundante número de idades
agora ficou reduzida a quase nada
s  minha natural predisposição à tragédia.

Agora nem te quero nem te espero
ou simplesmente faço isso como pode
fazer o homem, isto é tão
tristemente como permite o tempo.

Mas te enganarás se pensas
que estou orgulhoso disso.
Pois me custa fingir
que não me vejo nos espelhos.



DONDE QUEDA DILUCIDADO EL UBI SUNT
O QUÉ QUIERES QUE LE HAGA
SI SIEMPRE PENSÉ QUE TUS PIERNAS
TENÍAN QUE SER PARIENTES
DE LAS COLUMNAS DÓRICAS

Después de haberte amado durante todos los crepúsculos
de un incierto pero abundante número de edades
ha quedado reducida a casi nada
mi natural predisposición a la tragedia.

Ahora ni te quiero ni te espero
o simplemente hago eso como puede
hacerlo el hombre, es decir, tan
tristemente como permite el tiempo.

Pero te equivocarás si piensas
que estoy orgulloso de ello.
Pues trabajo me lleva fingir
que no me veo en los espejos.


“Donde queda dilucidado el ubi sunt o qué quieres que le haga si siempre pensé que tus piernas tenían que ser parientes de las columnas dóricas”, de Santiago Montobbio
El anarquista de las bengalas, March Editor, Biblioteca Íntima, Barcelona, 2005
Tradução: Ester Abreu Vieira de Oliveira
Revista da Academia Espírito-Santense de Letras, Vitória, Brasil, 2002

Santiago Montobbio

Santiago Montobbio
Foto: Anna Xalabarder

Volvió a escribir

después de 20 años de silencio. Entonces Ernesto Sábato, Miguel Delibes, Juan Carlos Onetti y Camilo José Cela describieron su poesía como honda, misteriosa, envidiable.
Es Santiago Montobbio (Barcelona, 1966) de esa estirpe de poetas que cosechan el misterio en la cotidianeidad, que se transportan con ligereza a ese otro lado donde está la sombra alumbrada y vuelve sembrado de palabras tan sencillas como poderosas, tan sobrenaturales como humanas.
(María García Esperón)