3 de agosto de 2009
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TODO ME LLEVA A TI Y A NINGÚN SITIO.
Soy un pájaro herido, un silbo vulnerado,
un arroyo que se cansa y su fluir decrece,
fuente escondida que de manar agua
ya se olvida. Para mí eres corazón y cetro,
y centro, mundo fiero y cierto, mundo
único que quiero, y eres a la vez
un ningún sitio. A ese no lugar
todo me lleva. A ti, a nada.
A lo que dentro de mí canta.
A lo que me consume, lo que me salva.
No sé si se puede vivir más así,
cuánto he de vivir yo aún de este modo, qué selva
de siempres en el temblor quedo
de un quiero y un beso que no di,
en este silbo y este pájaro, esta herida
que mi rostro pierde. No sé,
no, si la vida alcanza así. Si
soportarse puede. O la quieres. El
ningún sitio a que me llevas
es legión de olvidos. En sus andenes
me despido. Adiós, mi pérdida,
mi adiós, mi olvido. Último
me pierdo y me confundo.
(C) Santiago Montobbio