I soli sparsi per le notti.
Le piogge impensate. I compassi che l’anima punta
e nei quali la vita trova se stessa e si riposa.
Assale anche. Li annoto con agile polso.
Dietro suo ordine scrivo un quaderno,
dove parlo a me stesso
e ausculto il mondo. Prendo il polso a quella notte
dai soli sparsi. Alle piogge impensate.
E l’anima è porta che si spalanca, pure
porta chiusa, chiave che non confida mai a nessuno,
solo forse a una musica che la cerca nell’arte.
La porta si apre al mio passo e conduce all’interno.
Su di lei non so dirvi più nulla.
Los soles por las noches esparcidos.
Las lluvias impensadas. Los compases que marca el alma
y en los que la vida se encuentra y se descansa.
También asalta. Con fino pulso los registro.
Escribo un cuaderno a su dictado,
en el que me digo a mí mismo
y ausculto el mundo. Tomo el pulso a esa noche
con soles esparcidos. A las lluvias impensadas.
Y el alma es puerta que se abre, también
puerta cerrada, llave que a nadie más confía,
sólo acaso a una música que en el arte la busca.
La puerta se abre a mi paso y adentro lleva.
No sé deciros nada más acerca de ella.
(C) Santiago Montobbio
(C) Traducción: Amaranta Sbardella