Escena, en holandés. Traducción y voz de Klaas Wijnsma



TAFEREEL

Wij wachtten op ruiters, wiens ruiters wisten we niet,
niemands ruiters misschien. Iemand moest ruiters sturen,
hadden ze ons gezegd, daarom wachtten we. Zweren verzachtend
met verbanden van stilte
doodden we de tijd. Zo
wachtten we op ruiters. Maar
wachten doen we niet meer. Want daarmee
is het leven ons ontglipt, ze kunnen
erom lachen, om dit tafereel.
                                           Het was
allemaal bedrog.



ESCENA

Nosotros esperábamos jinetes, jinetes no sabíamos de quién,
jinetes quizá de nadie. Alguien tenía que enviar jinetes,
eso nos dijeron, por eso los esperábamos. En calmar llagas
con vendas de silencio
matábamos el tiempo. Así
esperábamos jinetes. Pero
ya no esperamos. Porque en esto
se nos fue la vida, pueden
reírse, en esta escena.
                                  Todo
era un engaño.





Santiago Montobbio

Santiago Montobbio
Foto: Anna Xalabarder

Volvió a escribir

después de 20 años de silencio. Entonces Ernesto Sábato, Miguel Delibes, Juan Carlos Onetti y Camilo José Cela describieron su poesía como honda, misteriosa, envidiable.
Es Santiago Montobbio (Barcelona, 1966) de esa estirpe de poetas que cosechan el misterio en la cotidianeidad, que se transportan con ligereza a ese otro lado donde está la sombra alumbrada y vuelve sembrado de palabras tan sencillas como poderosas, tan sobrenaturales como humanas.
(María García Esperón)