Nota de Gaetano Chiappini (Florencia, 18 de abril de 2011)

Foto: Anna Xalabarder

Querido amigo:

He pasado un buen tiempo leyendo y releyendo sus versos – le agradezco mucho el magnífico volumen de pintura sobe el concierto blanco, las traducciones francesas y portuguesas, los poemas nuevos añadidos... una cantidad enorme de poesía... mucha parte de mi jornada está dedicada a ésta que creo un poco la única esperanza... Ya en seguida cuando empecé a leer me di cuenta de la fuerza grande de sus versos como de una alertada llamada, de ansias y de miedos, casi un grito de un poeta-niño que quería exigía la atención de los mayores, de los dueños de la seguridad... un aviso a estar listos para denunciar este mundo de ruinas, muertes, fracasos, enfermedades, pérdidas, olvidos... así he leído leído para comprender cómo una persona buena como lo es este poeta podía enfrentarse con un mundo sin fuerzas para oponerse a esa ruina.... seguramente me he equivocado... pero no estoy tan seguro.... y una poesía tan seriamente fundada sobre una traza duramente simbólico-alegórica (más a. que s.) no desmiente mis impresiones... La cosa me inquieta un tanto como una verdad repentinamente desvelada por una conciencia que aparece pura y límpida. Un niño-poeta limpio tiene muchas capacidades y mucha sensibilidad casi de premonición... y un idealista como yo coge esa sustancia tan grave con cierto miedo... lo que más me llama la atención además es esa fuerza suya poética tan generosa que da más sentido a la denuncia... no sé... serán nuestros malos tiempos... No quiero exagerar pero no puedo no notar repito esa fuerza con que el poeta-niño EXIGE que se le lea aunque no espere convencer a todos los lectores... bajo ese tono mío de elevación del texto se esconde simplemente el deseo de aprovechar hasta el fondo una poesía fuerte y sabia, diría en italiano “accorata” preocupada en el corazón... Vd. dirá que me he equivocado... y yo no exijo nada más allá de la amistad del valioso poeta...

Gaetano Chiappini

Santiago Montobbio

Santiago Montobbio
Foto: Anna Xalabarder

Volvió a escribir

después de 20 años de silencio. Entonces Ernesto Sábato, Miguel Delibes, Juan Carlos Onetti y Camilo José Cela describieron su poesía como honda, misteriosa, envidiable.
Es Santiago Montobbio (Barcelona, 1966) de esa estirpe de poetas que cosechan el misterio en la cotidianeidad, que se transportan con ligereza a ese otro lado donde está la sombra alumbrada y vuelve sembrado de palabras tan sencillas como poderosas, tan sobrenaturales como humanas.
(María García Esperón)